¿Qué hace que una cosa sea tendencia? Un gran músico me dijo: "Las tendencias van en círculos. Tú quédate quieto trabajando tranquilo, que si lo haces bien, la moda te atrapará. Viene a cuento por el Flash Flash: un caso, más que atípico, único. Abierto el 3 de julio de 1970 por la aristocracia de la Gauche Divine –los matrimonios Leopoldo Pomés / Karin Leiz y Alfonso Milá / Cecilia Santo Domingo– llegó a los 50 años de vida en julio de 2020.
Y el hecho extraordinario: medio siglo no les ha erosionado -los Pomés-Milá descendientes son los propietarios- ni les ha hecho cambiar. Hacían tortillas, ensaladas y hamburguesas en un espacio diáfano, blanco y elegante, y así siguen. Claro que no es lo mismo hacerlo hoy, en un mundo oscilante entre el minimalismo, la 'burger' y lo 'healthy' que en el solar tardofranquista del 1970. Ivan Pomés rememora que "como local era tirando a feúcho: como un párking. Pero el hecho de que tenga una planta en ese le da magia: lo hace tranquilo, el ritmo se sosiega". Como mágicas son las terrazas, cambios de sección desde donde se domina el restaurante–ideado por Milá y Federico Correa– desde cualquier ángulo. El paro del virus tuvo una vertiente positiva: "No cerramos nunca. Hemos podido cambiar los sofás y poner en marcha un servicio de 'delivery' ", dice. Todo es diseño, tan útil como bien pensado.
Como es diseño la carta, explica la icónica reportera de las fotos de Pomés y pionera de la cocina sana, Karin Leiz: "Nos dimos cuenta que la gente no comería tortilla cada día. Cecilia dijo: ¡pongamos una hamburguesa! Y volvió con la fórmula de la de PJ Clarke's de Nueva York ". Y hoy sigue en la carta: un disco generoso de entrecot de vacuno, cortado a cuchillo y con alcaparras, y ración de patatas fritas, rebuena. Al plato: "Este es un lugar elegante y no queremos que la gente se pringue las manos", dice Pomés (hoy en día es mucho mejor que la de PJ Clarke's, asegura Mercedes Milá). El cocinero Jordi Miranda -en servicio desde 1980! - y el director Javier Hoyos cuidan que otros emblemas como la trucha panadera –con pan crujiente, huevos de Calaf, parmesano y tomate frito– sigan tan buenos como el primer día. En la carta hay un ejército de platos tradicionales catalanes que son un disfrute (Pomés padre era un hedonista teórico-práctico del pan con tomate). El Flash Flash se desmarcó del gris sepia y nos trajo, sin grandes pretensiones, aspectos de la modernidad gastronómica que hoy se han convertido en centrales en todo el mundo. Solo por eso ya deberíais ir tres veces al año, 'flexiveganos' y devoradores de 'pokes' y sushi.