Casa Xica era el restaurante de dos cocineros que no tenían cocina, reflexiona Raquel Blasco. "Y por más que hagas platos fríos o marinados, te sale el fuego de dentro y te complicas de mala manera", añade. "La cocina de Casa Xica al final era la zona del fregadero", recuerda su pareja, Marc Santamaria. Los propietarios del restaurante de bolsillo con las ideas más ambiciosas de Barcelona –el 2014 la gente de buen comer se rindió a su naturalísima adaptación a Asia del producto catalán– crecieron de golpe. Ahora tienen un hijo, Máxim, y un segundo restaurante, Final Feliz, que en realidad es un principio, claro. En el proceso de buscar una cocina de producción, se encontraron con que Tonka cerraba y lo rehicieron de arriba a abajo: neón, oscuridad, cortinas, aires de China colonial y gángsters de 'Indiana Jones'. "Ya nos lo habían dicho, que recuerda un poco a 'Blade runner' ", ríe Santamaria.
Lo importante, matizan, es que disponer de una cocina con todas las de la ley –se han inventado un ahumador conectando una cocina económica de carbón a una nevera de acero!– les permite "hacer platos más arriesgados y sutiles, y profundizar en las fermentaciones, curados y ahumados de una manera más seria ", dice Santamaría. Un ejemplo: una yema de pato curado con soja y guindilla china, sobre pies de cerdo finos como papel de cebolla y navajas frescas, que han puesto medio en conserva con aceite ahumado al carbón.
La acidez del vinagre se abraza a la grasa del pie de cerdo, y realza las navajas. Un mecanismo lleno de precisión y alma hecho con "producto de aquí y técnica de allí" (el subtítulo es cocina km 9823, homenaje al km 0 catalán y a Shanghai). Otro buen ejemplo sería la 'butakimchi', un plato coreano donde el cerdo que usan ellos es pluma ibérica marinada en 'kimchi' durante una semana, con patatas fritas crujientes de guarnición.
El ticket sube unos 5-10 euros respecto a Casa Xica. Pero mantienen el espíritu "caradura" (gracias por evitar lo de canalla). Aquí un plato muy caradura en realidad es una cara blanda: una cabeza de rape al pil-pil con cilantro y con Merquén, en el que se bebe el pil-pil aparte, acompañado de pasta. No os asustéis; pregonan el 'freestyle' y os lo podéis comer con bastones y cuchara, o con las manos y mojando pan y chupando la gelatina como si fuera una mejilla de cerdo. Emociones fuertes, estáis avisados.
Time Out dice
Detalles
- Dirección
- Marquès de Campo Sagrado, 27
- Barcelona
- 08015
- Transporte
- Sant Antoni (L2) i Paral·lel (L2-L3)
- Horas de apertura
- Lu. de 20.30 a 23 h. De ma. sá. de 13.30 a 23 h.
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