¿Queda algo por hacer, en la sobreexplotada locura de las hamburguesas? ¡Sí! ¡Volver a la simplicidad! La 'smash burger' es una hamburguesa que, en contraposición al lujo acumulativo desencaja mandíbulas a 15 euros, es una simple bola de carne picada que se aplasta a la plancha en el momento de la cocción y lleva pocos ingredientes con el panecillo. Edward White, de las Islas Vírgenes de Estados Unidos, abrió Fast Eddie's a finales del 2021, en la Ribera. “Vuelvo a lo básico. 120 gramos de ternera con pepinos encurtidos, cebolla, queso, mostaza y salsa inglesa. Y para de contar”.
El suyo es un 'diner' minimalista; solo sirve la 'cheeseburger' (8 euros), un bocadillo de pollo frito famoso en toda Barcelona y patatas fritas (y los viernes, filete de pescado rebozado). “Pero la carne tiene algo de maduración y un 20% de grasa”, añade. Es morderla y notar un chute de sabor unitario, cálido y concreto directo al cerebro, la devoras como un lobo. Todo lo que cocina viene del mercado de Santa Caterina y de la panadería de al lado (nada de gentrificación 'gastro'). White trabajó de cocinero de tripulación de yates: ahora navega por los mares del rebozado y la plancha con una destreza corsaria.