En Barcelona se puede comer fatal por 20 euros por cabeza, pero también, aunque a veces parece imposible, se puede comer muy bien. Es el caso de este restaurante mini, con sólo una mesa alta para compartir con taburetes, una pequeña barra y un espacio para seis personas que sale a la calle. El Extra Bar ha sido una de las sorpresas más agradables que nos ha dado últimamente Gracia, un lugar siempre lleno, incluso con colas por parte de una clientela enamorada de su cocina catalana y asiática, y del aire informal que se respira.
Informal, porque el Extra Bar es ruidoso, porque quien está dispuesto a cenar en un taburete es porque o bien le va la marcha o bien ha ido obligado, porque no hacen reservas, la carta está escrita a mano y no hay carta de vinos, sino que las propuestas están expuestas en el local. Tras la cocina, encontramos un nombre sólido, el de Alexis Peñalver, propietario y chef de La Pubilla, que ha querido emprender una nueva aventura basada en platillos creativos con cabida para las cocinas de todo el mundo.
Buena prueba de este talante lúdico son las influencias asiáticas de la nueva carta, fruto del reciente viaje a Vietnam de Marieta, cocinera del local y una apasionada de guisar sin banderas: tanto te prepara un capipota con garbanzos como un aguachile -una especie de cebiche más picante y aigualit- de gamba, vieira y patatas paja sensacional. O unos tacos de calamar con sobrasada y lima, o una seta de castaño con curry thai fantástico, platos que demuestran que se puede ser original sin ser estridente, que se puede fusionar con sensatez y hacer una cocina creativa de producto a precios ajustados.
Tienen una tortilla del día que hay que pedir: la nuestra era de tomate y patata, sorprendente, finísima, hecha al momento con patata paja. También las croquetas, que se han convertido en un hit del local. El día de nuestra visita eran de asado, redondas, con un intenso sabor cárnico y bechamel moderada (aleluya), rebozadas con panko. Tienen también algunos platos fuera de carta y dos postres: nosotros elegimos la cesta de chocolate, que sigue la línea de un local 'cool' y cosmopolita pero a la vez muy mediterráneo a pesar de las influencias asiáticas. - Laura Conde