Damián, Julián y Eric, tres franceses instalados en Barcelona y con experiencias interesantes en importantes restaurantes, han creado un espacio para mostrar hasta qué punto arte y cocina pueden fundirse para pasearnos por placer. Es una propuesta que, por la calidad de la cocina y la belleza de su ambiente, no sólo es diferente sino que aporta una brisa de aire fresco en esta zona del Eixample.
El local ha sido dividido en tres espacios distintos y complementarios: una barra que da a Muntaner, donde pueden comer los que tienen prisa, el salón, bien iluminado y lleno de color gracias a una exposición permanente, y una terraza en la aire libre que será disputada las noches de verano. Una cocina que navega entre la fusión catalanofrancesa con sobres toques de modernidad da lugar a una oferta original y variada, plasmada en una carta entretenida donde el buen paladar tiene problemas para decidirse.
Arranca con una serie de tapas donde destaca el revoltijo en la forma del Entresuelo, una especie de revuelto a base de bacalao, morcilla, tomate y pesto, o simplemente las ostras del delta del Ebro. En el capítulo de "algo fresco y ligero para empezar", es casi imprescindible probar el ajoblanco con pera, makis de salmón ahumado y sorbete de sésamo, o las vieiras con panceta ibérica y crema de guisantes, para ir tomando la temperatura lo que vendrá.
En nuestro caso optamos por una propuesta muy interesante del chef Julián, el tartar de solomillo y ostras, que destaca entre la oferta de esta especialidad cortada con el cuchillo, que también es en su versión habitual y muy acertada en el caso del salmón con eneldo. En una segunda visita hubo ocasión de probar el pescado, otro de los fuertes de la cocina: un excelente rodaballo salvaje, con cacahuetes tostados y salsa de pimiento morrón, que recuerda algunos platos tailandeses.
En otra mesa se deleitaban con un bogavante y su jugo, setas de temporada y huevo escalfado, un plato que promete ser un referente. En el apartado de carnes, un promedio de buey de Burgos (1 kilo) se sirve con salsa bearnesa y la mejilla de buey se funde entre el perejil y las alcaparras. Gran experiencia final son los postres. Tienen un menú asequible con auténticas sorpresas y vinos franceses curiosos, como el rosado Tropez.
Time Out dice
Detalles
- Dirección
- Muntaner, 231
- Barcelona
- Transporte
- Gràcia (FGC)
- Precio
- De 20 a 35 €
- Horas de apertura
- De lu. a sá. de 13 a 3 h.
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