Un 'must' total. Esta fonda centenaria -¡abrió en 1920! - es un referente de la cocina popular en la Girona montañosa. El emplazamiento tiene mucho encanto: a pocos metros del tren cremallera del Valle de Núria y de la estación de esquí de La Molina, es ideal para ir a airearse tanto en verano como el invierno. Pensad que está a cargo del negocio la misma familia desde el día que abrió.
Y su restaurante, Els Caçadors, ofrece una cocina catalana tradicional y de calidad, que apuesta por consolidar recetas de una cocina basada en la calidad de los productos y en la sencillez en la creación de los platos, prestando gran atención a los detalles, y priorizando la utilización de productos autóctonos (son de Slow Food). Y de precios ajustados: si sois huéspedes del hotel, cómodo y pintoresco, en fin de semana os encontraréis un menú excelente a 18 euros, con especialidades como el arroz de montaña con costilla, oreja de cerdo y setas o sus canelones caseros de asado.