En el Mercado de la Libertad Paco prepara sus pequeños-grandes platos con productos frescos de la pescadería de al lado. Su expositor sirve para ir abriendo el apetito, y a mediodía es casi imposible encontrar un taburete en la barra.
El atún rojo, poco hecho en una plancha brillante de tan limpia, con su salsa de nueces, es la perdición de cualquier gourmet que pase por allí.
Pero la tentación no termina ahí: cigalas frescas, gambas y otras preparaciones según la propuesta del día en la pescadería vecina avivan este punto de encuentro gastronómico en un mercado que, además, está rodeado de tiendas biológicas o de gran calidad. Otras de sus creaciones son los huevos de pescado a la andaluza. Sirven copas a precios razonables de un buen vino blanco del Penedès.