En cuatro palabras; la izakaya del Tragaluz. En los fogones, el joven Àlex Vall de 28 años. Pregunta: ¿Qué puede salir mal cuando pasas tus años formativos codo con codo con Hideki Matsuhisa del Koy Shunka? Respuesta: Nada. Bar de sushi y robata (parrilla de carbón) abiertos a la vista.
Veinte platos, wok, plancha, tres postres (dos helados y un coulant) y seis tipos de sake. Servicio eficiente que sabe aconsejar; escuchadlo. Decoración cuidada, muy Tragaluz; estilo industrial con detalles vintage, tablas grandes de madera y buena iluminación. Ambiente distendido e informal. Sólo cenas. Es un izakaya, por tanto, raciones pequeñas, pero muy tentadoras: costilla lacada, Fideus udon con setas, katsu sando, sushi de nivel... Iconos de la comida callejera y de taberna. Es necesario reservar.