Deliri es el proyecto del cocinero David Morera: un restaurante pequeño, personalísimo, donde este cocinero formado en el Coure, entre otros muchos lugares, dejalibre toda su capacidad e inspiración, sin prestar demasiada atención a modas o a rebajar el ticket en exceso para que la gente venga en masa. La puesta en escena –cocina abierta con él y un segundo de cocina, un comedor informal– contrasta con una gastronomía de altos vuelos, que cumple con todo detalle el gastado eslogan de "respetar el producto".
Y esto lo consigue haciendo una cocina de estricta temporalidad, con carta que cambia cada mes, y sobre todo otorgando a cada elemento del plato una importancia tanto a nivel visual como ejerciendo un perfeccionismo de cocción extremo. Un magnífico ejemplo es un arroz meloso de gamba roja o sus macarrones: 'los macarras de la abuela' son tres macarrones enormes, sobre un fondo de salsa de tomate reducida al horno 10 horas a baja temperatura. Van rellenos de un asado de pollo y butifarra con una bechamel donde la grasa de la carne es la mantequilla. Y les termina una salsa con los huesos. Es morderlos y la intensidad dulce casi te marea de placer. Pues eso, un delirio.