Una apuesta segura, situada en el icónico mercado de Santa Caterina. ¿Qué mejor sitio para un restaurante? El interiorismo del local –con un jardín exuberante dentro del mercado, con grandes ventanales– se convierte en un pulmón verde en el barrio. Y ya sabéis que cocinar, comienza por saber elegir el producto. Todos los días, los chefs José Santiago y Àlex Duran recorren las paradas del mercado. Hacen una cocina catalana renovada, llevada a su terreno, que prioriza la proximidad en platos como merluza de gancho al vapor con caldo y grelos, o flores de alcachofas con burrata, tocino ibérico y albahaca.
Este es un lugar para que disfruten turistas y locales. Y la verdad es que su arroz negro, con sepia y ajos tiernos, es una versión de la paella memorable, ideal para que un inglés se lo lleven a casa como recuerdo, en lugar de esas desgracias de color amarillo que todavía proliferan en la Rambla.