El desaparecido restaurante chino Nanit, en Balmes con Valencia, fue un fijo los rankings de los mejores restaurantes asiáticos de Barcelona durante una década. Hacía chaflán, dos pisos minúsculos, ventanales, paredes rojas, murales divertidos y gatos de la suerte. Lo recordáis, ¿verdad? Fue uno de los primeros locales de la ciudad en ofrecer una cocina china más regional que no occidentalizada, hecha con ingredientes frescos, servida en un marco un poco funky y a precios asequibles. Sus dueños, Jun y Yin, lo cerraron en 2017 para reabrirlo hace un año en Gracia con un nombre nuevo, Chi Nanit.
La carta no ha cambiado mucho. La decoración, sí. Donde antes había colores llamativos y kitsch, ahora hay blanco y minimalismo cálido. Continúan despachando platos shanghaineses (y alguno de Sichuan) hechos desde cero; ellos mismos elaboren la pasta y el vino de arroz, infusionan del aceite y fermentan las verduras. Los dumplings siguen siendo el punto fuerte de la casa. Podemos volver a devorar los saquitos de gamba, cerdo y caldo a puñados! Hip, hip, hurra! Han ampliado la oferta vegetariana y vegana, signo inequívoco de los tiempos que corren, y han mantenido a los platos de arroz, fideos, carne y pescado que tan feliz hacían a la antigua clientela. ¿Quién dice que las segundas partes nunca son buenas?