Casa Lucio (CERRADO)

Este restaurante está cerrado Hace veinte años, Juan Samit, en El Periódico, me puso sobre la pista de una bodega "que acaba de abrir y que lo hace muy bien". Costaba creer en un barrio, el San Antoni de entonces, donde sólo destacaban un par de lugares. Recuerdo haber escrito que "como todas las buenas cosas en esta vida, es difícil definir o etiquetar esta coqueta bodega, hoy punto de encuentro de buenos paladares". Pocas veces escribo en primera persona. Hoy lo hago para despedirme de dos amigos, Lucio Rodríguez y Maribel Usón, que crearon este milagro que el 10 de octubre cerrará. Y lo hará sirviendo hasta el último momento con el mismo afecto, dedicación y rigor que les llevó al éxito.

El arte de Maribel, incansable creadora de platos exquisitos y al que una vez catalogué como una de las mejores cocineras catalanas, deja en el paladar de sus fans grandes sabores y momentos deliciosos como los de sus tripas y sus 'capipotes', pero también de su 'trifásico', una visión 'maribeliana' del bistec tártaro, desbordante de imaginación y de sabores. O aquel rollo de patatas, setas y butifarra, el salmón con su original aliño o la ingeniosa combinación de fresas, aguacates y foie gras. La fórmula, entonces, era arriesgada. Una bodega singular, con una óptima selección de vinos desconocidos (muchos hoy famosos) y una serie de platillos que también podían saborear en la barra, cargada de buenas intenciones. Y de salazones, encurtidos, cecina, jamón, conservas muy seleccionadas por riguroso y exigente patrón, que recitaba (fueron los primeros en eliminar la carta) los diez mandamientos culinarios del día elaborados por Maribel. Como las mejores piezas musicales, como las grandes obras de teatro, llega un momento en que se acaba.

El 10 de octubre Casa Lucio cierra. "Estimados amigos y clientes, nos ha llegado la hora de la jubilación", dice un mensaje de la pareja. Y agradecen la "fidelidad" a lo largo de un "camino recorrido con personas mayores, matrimonios, niños y niñas y que nos ha llenado de felicidad". Se escriben muchas, quizás demasiado, crónicas de aperturas de restaurantes. Esta vez se impone una despedida. Gracias por los placeres recibidos, Lucio y Maribel.