El Grupo Isabella's ha abierto Carmina: esto significa nada menos que el resurgimiento del espacio donde estuvo el Senyor Parellada, alfa y omega de la cocina de fonda catalana en la ciudad. Han optado por respetar la esencia de la tradición nostrada: buenos platos de cuchara y sofrito lento, con todos los clásicos que te esperas, como por ejemplo las albóndigas con sepia, el fricandó con ceps o un suquet de pescado de roca (se nota que detrás de la carta de Isabella's está Josep Maria Massó, un cocinero que conoce a fondo el recetario catalán). Fondos y cocciones muy bien hechos y abundantes raciones.
También hay, claro, alguna innovación prudente, inevitable concesión a un establecimiento en medio de la concurrencia turística, como un tártar de trucha salvaje con aguacate. Ahora bien, es muy agradable también que hayan mantenido un nutrido apartado de desayuno de tenedor, con tripa a la catalana, bacalao con chanfaina y un capipota que rinde homenaje al mítico del Pinocho. Por cierto, los precios sí se han ajustado por la parte alta: a lo que está acostumbrado a pagar un turista para comer (bien) en el centro.
Un aviso a los nostálgicos: aquí la escudella comparte techo con las sesiones de DJ, y el local ha tomado aires de casa colonial cubana posmoderna, con luces de neón y colores cálidos. Eso sí... ¡hay carro de postres y quesos! ¡Nos encanta!