Sandra ha vuelto. Y ¿quién es Sandra? Quien dirigió con éxito durante casi veinte años La Noguera primero y el Alzina después, templos para los aficionados a los caracoles. Sandra y su padre Joan, leridanos, han vuelto a los orígenes, el pequeño y acogedor Can Joan. Allí empezó la familia que venía de Balaguer y allí cogieron fama por sus caracoles, y ampliaron más tarde el negocio con estos dos restaurantes que hicieron famosos mientras duraron. “Nos preguntamos: ¿por qué no volvemos donde empezamos?”.
Debido al limitado espacio del local y la cantidad de reservas diarias, sumado al hecho que “todo se hace al momento”, dice Sandra, “es aconsejable en el momento de hacer la reserva decir qué se comerá, porque imaginemos que de golpe diez personas piden caracoles; a alguien le tendremos que decir que no y eso no puede ser”, recomienda. Más en la carta, imposible; de más proximidad, tampoco.
La especialidad además de los caracoles son los arroces. Este día ofrecían arroz con conejo y caracoles. Soberbio. No se puede dejar de probar el que puede ser el mejor alioli de Barcelona. Y cada día la casa ofrece arroz, si uno está bien hecho y es sabroso, el otro todavía más. “Hay clientes que vienen desde Mallorca a comer nuestros caracoles y después el arroz del día”, presume Sandra, que recibe en el local para que el comensal tenga la sensación “que entra en su casa, sabiendo lo que comerá y casi cómo ha sido preparado”.