Un restaurante con una clientela fiel y casera, donde hacen uno de los mejores rebozados de pescado de Barcelona. Este es un clásico –fundado en 1981 por los hermanos Buj!– en muy buena forma. Encontraréis una cocina tradicional y de espíritu vasco, con platos que solo escuchar el enunciado nos hacen la boca agua. Y algunos son pura arqueología, de los que no abundan: como por ejemplo, unos sesos de cordero en tempura.
Muy recomendables también son los buñuelos de bacalao, su marisco y el pescadito frito. Este es un lugar ideal para clavarse un homenaje con platos de toda la vida que siguen siendo plenamente satisfactorios. ¿Quién puede decir que no a unas cocochas al pil-pil o a una espaldita de cabrito al horno?