Llamémosle 'burnch', aunque también lo podríamos denominar desayuno de campesino moderno. Ahora bien, muchos de los que desayunan fuerte de buena mañana ya no hacen la ruta de los caminos polvorientos, sino que llevan zapatos negros de vestir. El auge del 'brunch' ha hecho que muchos oportunistas se pusieran a remover huevos Benedict y salsa Perrins en bares de mala muerte. Por eso es un placer encontrar cocineros de verdad que han decidido dedicarse al 'brunch' de tenedor madrugador y diario.
Como, por ejemplo, en Can Dendé. Patricia Leone, brasileña de São Paulo, hace diez años que cocina en Barcelona. Can Dendé, barra-café en el Poblenou más cool, abrió a principios de 2015 y ya está lleno siempre. Después de hacer recetas malabaristas –exitosas– en el Belgious, decidió “poner sitio propio de cocina simple y de producto cotidiano, con un giro”.
El almuerzo es uno de los ejes principales; a partir de las 8.30 h, podéis empezar el día con tortitas dulces (sirope de arce, 'crème fraîche' y frutos rojos), o salados, con huevos y tocino. Preparan cuatro tipos de huevos Benedict y a la hora de comer encontraréis más ejemplos de cocina sencilla, pero tratada con un cuidado exquisito: como el bocadillo de cerdo mechado, que se ha pasado 24 horas marinando y cuatro en brasa a baja temperatura. “En el congelador solo tenemos hielo y pan inglés de 'muffin'. El resto es fresco o lo hacemos nosotros, como las tortitas o la mermelada”. En breve se podrán comer algunos platos brasileños.
Un ‘diner’ en Gràcia
Christina Sans es de Chicago –apellido de casada– y en 2012 abrió Mama’s Cafe. Y rechaza la etiqueta de sitio de 'brunch': “Esto es un diner moderno. En EUA un diner es un lugar muy informal donde puedes ir a cualquier hora y desayunar, comerte un 'brunch', comer o cenar. Y comer muy rápido”. Pero se llama Mama’s Cafe: y tu madre nunca te pondría en el plato comida mala o raciones pequeñas. La mayoría de la materia prima es ecológica –ha hecho una concesión con el ketchup Heinz– y la carta –disponible de 9 de la mañana hasta las 9 de la noche– es tan variada y apetece tanto como bien distribuido está el local.
De hecho, el Mama’s son los bajos de la casa de la familia: nos encontramos en un bar acogedor, inmaculado, y al final del pasillo una deliciosa terraza interior donde pasa la acción: desayunos potentes –disponibles todo el día: os podéis comer unos huevos con aguacate, mezclum y espárragos para cenar–, bocadillos de estilo americano tuneados con el producto catalán –el de berenjena con pesto de perejil y un ejército de verdura al horno debe ser el mejor sandwich vegetariano que he visto en mi vida– y para comer entran en juego platos combinados (pollo relleno de ibérico y provolone con arroz integral, ensalada y pesto) que no tienen nada que ver con nuestra concepción de lomo nadando en patatas y huevo. Sans es antropóloga con estudios en la Hofmann, y en cada momento del día ofrece alguna cosa que conecta con el costumbrismo del cliente.