Este establecimiento familiar, con más de 40 años de trayectoria, hace honor a su nombre: aquí se disfruta de un tapeo excepcional con alma mediterránea. En la carta hay hasta cuarenta propuestas inspiradas en la cocina tradicional, siempre elaboradas con productos frescos y de primera calidad. Desde tablas de quesos y embutidos hasta tapas clásicas —bombas, bravas, gambas al ajillo—, además de carnes, pescados y verduras cocinados a la brasa de carbón de encina. En la sala manda Celsa González, actual propietaria e hija de los fundadores, mientras que los fogones están en manos de Carlos Moreira, formado en la prestigiosa escuela Hofmann.
La historia del local es fascinante. En el siglo XVI y hasta el XIX, fue una fonda, y actualmente es un restaurante que lleva el nombre del antiguo hostal. De hecho, se cree que la protagonista de la canción tradicional catalana La Marieta de l’ull viu trabajaba aquí como criada y recorría el camino hasta la Font del Gat, donde conoció al soldado. En 1968, los padres de Celsa transformaron aquel histórico hostal en un bar-bodega, iniciando una nueva etapa que llega hasta nuestros días. Tapes La Bona Sort ocupa lo que fueron las antiguas cuadras del edificio, su patio con arcadas bajas es desde donde se accedía a las dependencias de los carruajes, donde descansaban los caballos de los primeros correos que salían de la Placeta d'en Marcús. El espacio es tan singular que en 2016 recibió el primer premio de los Restaurant & Bar Design Awards.