Privilegiar la clientela local: esta es la estrategia del Grupo el Cabo, encabezado por el argentino –y enamorado de la cocina catalana– Rodrigo Varela. En el 2022 reabrieron la antigua Bodega Monumental –bodega de manteles de hilo y tapa fina, que abrió en 1937, cerrada en pandemia– como Bodega del Cabo, en Fort Pienc. "Preferimos expandirnos en Santa Coloma, en el Clot, más que en el centro o en barrios de moda", explica Varela, "y llenar la carta de cosas buenas pero cotidianas, que la gente pueda pagar", prosigue.
La calidad y la cosa casera puede ser para las masas: no cabe ni un alfiler, en la Bodega, y flota la alegría vecinal en el ambiente. Tienen una carta amplísima con platos muy agradecidos y bien hechos –arroces con bono de cocción, un capipota buenísimo, albóndigas con calamares...–donde el populismo del torrezno y los huevos estrellados con foie ("me gusta decir que hacemos cocina de chiringuito urbano", explica) conviven con la tradición catalana del pie de cerdo con setas. Más puntos a favor: un muy buen menú de mediodía y una carta de vinos, muchos naturales... ¡con 200 referencias!