El nuevo bar Pinotxo, propiedad del sobrino de Juanito Bayén, Jordi Asín, abrió en el Mercado de Sant Antoni a finales de 2023, después de 80 años en la Borqueria. Y como dicen, todo ha cambiado para seguir igual (bueno, todo no: el emblemático Bayén murió). "Lo hemos mantenido todo exactamente igual que antes. El bar es el mismo. Los trabajadores son los mismos. La cocina es la misma", dice complacido Asín, su sobrino, tras la barra. La prueba del algodón, por supuesto, es sentarse y comer.
Un viernes a las nueve y media de la mañana hay una parroquia local nutrida, pero queda un asiento lateral en la barra. Es como enfundarse en unos zapatos nuevos muy cómodos: este café en vaso alto, buenísimo y cargado como una mala cosa, y media ración de capipota, impecable y generoso (sigue habiendo la posibilidad de media ración de casi todo), aquellos 'chuchos' enormes que dicen 'cómeme... La única diferencia que veo con la antigua Pinotxo Experience es la comodidad: no hay rebaños de turistas que te metan el palo de selfie entre los garbanzos. Aquí no hay trampa ni cartón: enormes ollas de guisos que hacen chup-chup, otros con caldos de verdura, y de la barra salen delicias como un timbal de escalivada con anchoas, níscalos de botón confitados, chipirones con judías... ¡Y vecinos del barrio comiendo!