Una de las bodegas más auténticas de la Barceloneta: el Bar Electricitat abrió en 1908, y hoy conserva todavía su identidad ética y estética. La primera, porque después de más de un siglo de vida –es uno de los bares más antiguos de Barcelona– aquí todavía se come un repertorio de tapas limitado pero muy bien hecho. La ensaladilla es la tapa más popular del bar –hecha con patata, cangrejo y huevo–, pero se nos ocurren una buena lista de otros manjares que hay que probar: tortilla de patatas, croquetas, queso manchego, embutidos curados... Y una bomba de la Barceloneta que está entre las mejores de la ciudad, en dura competición con la de su ilustre vecina, La Cova Fumada.
¿Es bonito, el Bar Electricidat?
Es precioso y muy real, sin restauraciones cosméticas. Este establecimiento es parte inventariada del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña, y en la entrada todavía le saludan unas majestuosas puertas verdes de hierro forjado modernista. En el interior, se conserva la barra original de madera, con la barra de mármol, y el pasamanos y el reposapiés de tubo de metal. También hay mesas de mármol con los pies de hierro colado, y una colección de barricas de vino y una antigua nevera de hielo. ¿Cómo era una taberna de principios de siglo XX? ¡Pues así!
¿Por qué el Bar Electricidad se llama así?
Una razón muy sencilla: está en los bajos de un edificio en el que había un generador que suministraba electricidad a todo el barrio. Ahora ofrecen otro tipo de energía: buen vermut casero, tapas de toda la vida y ambiente asegurado. Los fines de semana se montan colas para hacer el vermut, Y de vez en cuando, toca alguna banda rumbera. Un lugar imprescindible para entender lo que es ir de tapas por Barcelona y también la evolución del barrio de la Barceloneta.