Bar muy pequeño caracterizado por una clientela de barrio fiel, un servicio excepcional y una oferta muy cuidada. Al mediodía se puede comer (en la barra). Dole Café –o bar Dole, como queráis decir– es mucho más que un bar: ¡es una institución para desayunar en Sant Gervasi! La fachada es nimia y abigarrada: una barra vintage con dos filas de taburetes, y una plancha al fondo que preside la escena. El origen del nombre puede parecer enigmático ("dole" significa paro en inglés) pero es sencillo: viene de Domingo –el padre– y Leandro, el hijo, la pareja que abrió el establecimiento en junio de 1974 (hoy solo encontraréis a Leandro y su hija Míriam, que reinan en la barra con la simpatía y el buen trato de quien lleva medio siglo en la hostelería).
Esta longevidad se explica por sí sola: Dole es el bar para desayunar bien por excelencia en Sarrià, ¡y abren a partir de las seis de la mañana! Basan su tremendo carisma y directo 'sex appeal' gastro en un repertorio de bocadillos fríos y calientes que hacen caer de culos. Como su mítico flautín de tocino con queso, un delirio de crujiente y grasa del bueno, o sobre todo un apartado de tortillas que se pueden pedir en plato o bocadillo: patata y cebolla, ajos tiernos, calabacín, alcachofa... Por si no bastase, toda la bollería expuesta –menos los croissants, de Sacha –es casera. ¿O es que creéis que gente como los hermanos Torres desayuna en cualquier lugar?