Baló no hace referencia al fútbol: es una contracción de Barcelona y Londres, ciudades natales de Lena Maria Grané y Ricky Smith. Son chefs de las cosechas de 1997 y 1996, respectivamente y su estilo –se conocieron en Londres, trabajando en Galvin La Chapelle– remite al nombre: cocina mediterránea con toques atlánticos. En el 2022 la primera intención era abrir un bar "un poco gastronómico, con cuatro tapas y copas de vino bueno", pero se liaron. Pudieron hacerse con la monumental antigua La Vaqueria, con esos salones enormes y oscuros, ahora llenos de luz y de un diseño clásico y confortable.
El dúo de chefs hacen una cocina de creatividad tranquila, que se recuerda por el sabor y la profundidad de platos, como por ejemplo, un cordero enrollado relleno de albaricoque, yogur casero y 'rumbos', lleno de contrastes umami y de grasa golosa. No hay carta, solo dos menús degustación y uno de mediodía. Puedes optar por el Menú Baló o la degustación: este último, una demostración de intenciones en doce pasos de un restaurante gastronómico que no se casa con ninguna tradición concreta, pero que busca la emoción en cada plato: habas y jamón con queso azul y una sopa fría de guisantes y menta, tocino curado con tomates secos al sol, piñones asados y yema de huevo confitado... Hacen un despliegue de técnica y clasicismo que impacta al paladar por la combinación de sabores osados, y a la vez remite a la tradición europea.