Puede hacerse cualquier cosa con textura de helado. Pero lo que no es tan habitual es que los sabores poco ortodoxos se centren en especialidades de dulce –y salado– catalanas. A esto se dedica Baboia, en una esquina del Born: encontrarás helado de ratafía, de gazpacho, de coca de San Juan, de cabello de ángel... ¡De pedo de monja! Y todos los 23 sabores de la carta están muy bien hallados y definidos.
El helado de cava con mandarina tiene un toque de burbuja final. El helado de ratafía tiene el inequívoco sabor entre dulce y amargo del licor de hierbas. El helado de cabello de ángel es una pasada: clava el sabor y la textura de un dulce que a algunas personas da grima (a mí me parece delicioso). Y el helado de pedo de monja, pues eso: tiene el sabor potente y dulce de la galleta con un toque de cremosidad. El responsable de este festival es Jordi Roig, un premiado maestro heladero de Canet de Mar. Por cierto, una baboia es un juego de ruleta de las antiguas ferias de Catalunya. Aquí cuesta decidirse; por eso, clavada en la pared, hay una baboya. Hacedla girar y os dará una opción de helado.