El chef argentino Sebastian Mazzola y su pareja, la sumiller Sussie Villarico, tienen una empresa de importación de producto gastronómico japonés top, Cooking in Motion. Arigato es la encarnación en heladería de su fascinación por la comida japonesa, una heladería donde se come caliente. "La idea era tener un lugar con helados, 'brunch' y pastelería de calidad", dicen. Abierto una semana antes del viernes 13 pandémico de 2020, adaptaron a una Barcelona sin turistas: ¡convirtiendo la máquina de hojaldre en una máquina de hacer fideos!
Sirven "soul food japonesa" vista desde la alta cocina y a precios medios, casi populares; como unos udon divinos, flotando en caldo de pollo, cerdo ibérico y infusionados con un laberinto de especias y picante virtuoso, digno de Michelin. Como los postres, que se benefician de la locura argentina por el helado y su producto japonés: el tiramisú de encuentro, helado de match y crema de mascarpone con yuzu es un 'gastrotrip' digno de la guía neumática. A cinco euros. ¡Obligatorio fichar!