Este local está cerrado.
En la búsqueda permanente para encontrar sitios donde la relación entre la comida ofrecida y el precio de la cuenta final tenga cierta consonancia, hemos vuelto a poner a prueba el Àpat, donde un equipo dirigido por Oriol Vicente demuestra diariamente, a mediodía, que es posible comer bien, de menú y a un precio razonable, 14 euros. Es un menú variado diariamente y que en su propuesta da juego para no aburrir ni decir “siempre lo mismo”. Ahora, con la crisis, muchos se han volcado en ofrecer menús a mediodía y por la noche, pero no siempre acertados. Esto aquí no sucede.
No se trata sólo de ofrecer un precio tentador. Hay que tentar con los platos que se ofrecen y por eso hace falta mucha profesionalidad y saber hacer. Uno de los días de visita pudimos ver que el menú ofrecía cinco primeros, cinco segundos y tres postres, con agua mineral o cerveza o refrescos o copa de vino o cava.
Encontramos una pasta fresca rellena de tomates secos y alcaparras con salsa a la pizzaiola, un mezclum de lechugas con apio, nueces, peras y vinagreta de yogurt, raviolis de exquisito relleno y bien acompañados por una salsa harmoniosa. Entre los segundos, un lomo de buey Cafè de París, con patatas pont neuf confitadas y un arroz picante de berberechos y almejas, con havas y erizos, con pollo rustido y salteado de patatas y puré de berenjenas ahumadas...
Pero en otra de las visitas, optamos por la carta. Abrimos juego con una ensalada de langostino, bien condimentada, con una materia prima donde la calidad se apreciaba primero por la vista y luego por el sabor. La coca tibia de berenjenas ahumadas con brie ya es un clásico de la casa, muy solicitada por los fervientes clientes del lugar.
De segundo, el taco de rape rustido, que también tiene muchos adeptos, y el rabo de buey guisado con vino negro, otros de los estandartes de este restaurante de decoración tranquila, buen servicio y una gran selección de vinos, de acuerdo con la oferta gastronómica, que da mucho juego a quien le guste combinar buenos vinos con buenos platos.
Dejamos para otra visita los 'fettuccini' con pesto de tomates secos, queso de cabra y rúcula o el hueso de cabrito rustido, con patatas panadera. Hay que probar el bistec tartar, que Oriol sirve con helado de mostaza y cebolla frita. O la variante marinera, el tartar de atún con aguacate y sorbete de tomate.
Time Out dice
Detalles
Discover Time Out original video