Albert Adrià, bravas y la hipsterización de Sant Antoni
Paralelamente, hacia el 2008, el poco dinero que tenía la juventud para salir a cenar los invirtió al mediodía, en el retorno a la bodega: el vermut, la croqueta, las chips y las latas. Algo que ha pasado a ser tan intergeneracional que ahora es un ritual que sustituye las comidas (en 2004, tomando un vermut había abuelos con boina y bastón, y no barbudos con moño). Y mientras Ferran Adrià reinaba en la cocina de vanguardia mundial, su hermano Albert había iniciado una revolución menos vistosa pero decisiva: en 2006 lo petó el Inopia Classic Bar, preludio de la invasión de bravas, rusa y croquetas de la cual hoy es imposible escapar. Bueno: ya no cuesta encontrar tapas decentes y la juventud se volvió a interesar por clásicos como El Vaso de Oro. Malo: uniformización hasta la náusea de una carta y estética. La chispa del Inopia en Sant Antoni también contribuyó a la hipsterización del barrio: una bomba que estalló de lleno con la apertura del Federal y la sacralización de los huevos Benedict y el 'brunch'. ¿A que no os habríais pensado que hay conexión bravas-'kombucha '?