Una Mica de Japó

Para los buenos paladares conocedores de la oferta japonesa, Una Mica de Japó no es ninguna novedad. Esta izakaya (taberna japonesa) es uno de los mejores referentes de la ciudad en su especialidad.
Todo sucede en un pequeño y acogedor local, que tiene ocho mesas altas con taburetes y espacio para cuatro en la barra. Lo dirige con sabiduría Michika, su hijo Joe en la sala y su sobrino Shinya que la ayuda en los fogones. Hay que destacar sobre todo la nobleza de su cocina, elaborada a la vista. Casera, sencilla, gustosa, auténtica, la cocina de Una Mica de Japó se traduce en una serie de tapas y platillos. Todo muy sabroso, bien preparado y original. La sala, bien iluminada, permite la sensación de estar en una taberna como las que existen en Japón, con mesitas altas y taburetes. Entre los detalles que lo hacen diferente de otros sitios, en este restaurante la carta cuelga de las vigas, donde se aprecian pequeños carteles en japonés y castellano con las diferentes tapas del día y en otra viga están los platos.
Dentro de un horario japonés (de 12.30 a 22 h), en la sala o en la barra se puede encontrar comida típica casera japonesa. No hay sushi ni yakisoba, pero sí que encontraréis una serie de platos exquisitos, como las verduras salteadas o la tempura de verdures. Las empanadillas, gyozas, son muy sabrosas y la ración es generosa. De las tapas iniciales también destacan las croquetas de patata (korokke) y la brocheta de carne y cebolla (kushikatsu). Pero lo más solicitado es el bento, un plato del día que consta de diferentes platillos. Previamente al bento, me sorprendieron una caballa a la sal,, que figura entre las tapas, y las sardinas a la plancha con arroz. Cuando visitamos Una Mica de Japó, en el bento había algas y verduras salteadas, una berenjena hervida con una salsa muy gustosa de carne, pescado blanco rebozado, una deliciosa hamburguesa de pollo con flor de loto, nabo japonés, tortilla japonesa y gohan, el arroz blanco salteado con sésamo.
También se pueden saborear otros platos caseros como la ternera con salsa sukiyaki con arroz, el curry con cerdo rebozado y el tori teriyaki don, que es un pollo teriyaki, muy por encima de los que sirven en otros restaurantes con más diseño y más caros.
De poste optamos por la castella, un bizcocho japonés, que también puede ser de color verde si es de té verde. Ya que la oferta de vinos es casi nula, se puede acompañar la excelente comida con cerveza japonesa o con té verde, que es lo más recomendable.