Junto a la plaza de Osca se encuentra este bar restaurante de cocina tradicional catalana. Para hacer honor al nombre, lo más recomendable es comer una buena escudella de la casa, pero si la cosa va de carne, el estofado de butifarra y sepia (el clásico mar y montaña), las carrilleras de ternera en salsa de manzana y ratafía y los caracoles guisados son una buena elección.
En el trabajo de esta muy recomendable fonda se nota el sofrito hecho a fuego lento, y la alegría de una buena picada. Y también se saborea la esencia de un restaurante con espíritu de fonda y popular donde te tratan como si estuvieras en casa por un precio muy recomendable. Si todavía no lo conocéis, id: seguro que repetiréis. Su menú de mediodía es toda una institución.