Gràcia desemboca en el Eixample por varias vías grandes y algunas callejuelas pequeñas que a menudo pasan desapercibidas, como la de Venus. Aquí, junto al mítico local de copas Falstaff, había un restaurante francés muy mono llamado Atmosphère. Cerraron y desde septiembre pasado lo regentan dos italianos intrépidos, Andrea y Fabrizio, y lo han convertido en un local que combina sus dos grandes pasiones: la restauración y el ciclismo.
Se nota enseguida, en el nombre y en toda la decoración, llena de cuadros y ruedas, e incluso con una bicicleta de las antiguas, preciosa, colgada encima de la barra. Para entrar en la cocina hay que pasar por debajo de una sarta de gorras de ciclista y presidiendo el local hay enmarcada una portada de la Gazzetta dello Sport dedicada a Roi Nibali cuando ganó el Tour de Francia, que cambió el color rosado de la publicación por uno amarillo para la ocasión.
El Bicioci es acogedor –las mesas de madera, los ventanales luminosos, el suelo de baldosa hidráulica... el interiorismo, hecho por ellos, está muy bien– y su oferta es para todo el día: zumos naturales o pasteles caseros para desayunar o merendar, ensaladas, cremas y pizzas para comer o cenar. El café es muy bueno, de la marca Dibar. Los precios son razonables y la calidad es buena: su filosofía es hacérselo todo ellos y ofrecer una carta ajustada donde todo tenga su gracia.
Time Out dice
Detalles
Discover Time Out original video