La leyenda cuenta que cuando se aproxima la fecha de Todos los Santos, los portales entre los dos mundos están más abiertos que nunca y se pueden cruzar con más facilidad. Los muertos reviven estos días para contarnos sus historias, y así lo hará el gran Drácula en el Hotel Dracula de Westfield La Maquinista (junto con todos sus amigos del inframundo), si decidís pasar allí el día más espeluznante del año. ¿Cómo? Con una experiencia inmersiva de realidad virtual de 30 minutos que consiste en un viaje a bordo de un barco, pasando por un hotel y un iceberg. Está diseñada para que los más pequeños también puedan disfrutarla: a partir de los 10 años puede ir cualquier niño o niña acompañado de un adulto y también a partir de 7 años, siempre que tenga el consentimiento de su tutor legal. Una experiencia ideal para disfrutar en familia, con los amigos o la pareja.
Muertos bien vivos
Este espacio de 350 m² os sumerge en una experiencia de realidad virtual 3D que os hará creer que habéis cruzado el umbral hacia otro mundo. Con la tecnología inmersiva más avanzada del momento, podréis uniros a un grupo de hasta 30 personas para recorrer los pasillos oscuros y tenebrosos de este hotel espeluznante.
A bordo de un barco fantasma
La experiencia comienza en un escenario verdaderamente escalofriante: un barco encantado que surca mares oscuros y misteriosos. La atmósfera se vuelve cada vez más tensa a medida que criaturas macabras empiezan a aparecer en la distancia, acechando entre la bruma y acercándose lentamente, preparándoos para el terror que os espera al cruzar la pasarela del barco.
Del hotel al iceberg encantado
Después de cruzar las puertas del hotel, ya no habrá escapatoria. Os adentraréis en un mundo donde los amigos de Drácula, como Frankenstein y el Yeti, aparecen entre las sombras para haceros vivir un auténtico cuento de terror. Habrá animales que intentarán bloquear vuestro paso hasta un piso de lava que se extiende bajo vuestros pies, cada paso está diseñado para aumentar la tensión. Como colofón, os elevarán sobre un iceberg virtual en un momento culminante de la experiencia. ¿A qué esperáis para vivir un 31 de octubre como si no hubiera un mañana?