Tenéis el bullicio de la ciudad incrustado en vuestras cabezas. Hace meses que no paráis ni un momento, yendo arriba y abajo con obligaciones cargadas en la espalda. Y, además, justo cuando tuvisteis unos días de desconexión, en Semana Santa, hizo mal tiempo. ¿Os acordáis? Pues se acabó, el verano ya está aquí y es hora de salir de la ciudad para relajarse y que el buen tiempo os acompañe. Cataluña está llena de destinos para todos los gustos donde disfrutar de las vacaciones. Y, por los que sois de mar, Cambrils es el lugar perfecto. Os explicamos tres motivos (¡más que suficientes!) para que planifiquéis vuestra escapada a este lugar de la Costa Dorada.
Callejones, casas de colores y patrimonio histórico. Cambrils es un pueblo marinero que invita a descubrir su cultura y a perderse por todos sus rincones. Si lo visitáis, hay un punto imprescindible por donde habéis de pasar. Se trata de la Torre del Puerto, una antigua torre de defensa de la costa que se construyó en el siglo XVII. Todo un símbolo de la ciudad, además, a veces se hacen exposiciones temporales.
Sentid el olor de mar mientras vuestros pies juegan con la arena y el sol os llena de energía. Cambrils tiene un montón de playas y todas se caracterizan por ser muy largas y de arena fina, ideales para pasarse horas y horas. Además, están justo delante del paseo marítimo y son de fácil acceso, nada de andar. Tirad vuestras toallas en la playa de la Llosa o del Esquirol, ¡y a disfrutar!
La playa hace entrar el apetito ... ¿buscáis un lugar para comer? En el bar El Pòsit encontraréis una gastronomía basada en productos de proximidad y una gran variedad de opciones a elegir. Está solo a dos minutos de la playa y podréis saborear tapas como hummus clásico con chips de remolacha, nachos caseros con guacamole o bravas con picadillo de chorizo ibérico. Si queréis llenar bien el estómago, también tienen platos recién salidos de la brasa como pop con parmentier de patata o ensaladas muy completas como una ensalada de pollo con aguacate y quinoa. Además, también encontraréis hamburguesas, pitas y Frankfurt o platos especiales como caldos, tortas y cuencos. Y para redondear la comida, el dulce lo encontraréis en postres como el yogur con confitura de fresa y pimienta o el helado de kéfir con lima.
