4 testimonios que hacen replantearse la vida rural

La Diputació de Lleida impulsa una campaña para animar a la ciudadanía a instalarse en los pequeños pueblos de la región explicando las historias de personas que ya lo han hecho. ¡Descubrid a través de sus voces cómo la naturaleza es vida!
Diputació de Lleida I Foto: Bernat Motjer
Diputació de Lleida I Foto: Bernat Motjer
Time Out en colaboración con Diputació de Lleida
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Levantarse por la mañana, llenarse los ojos de un verde que atraviesa los ventanales y los pulmones del oxígeno más puro que existe... ¡No tiene precio! Cada vez son más las personas que fantasean con el famoso ideal literario del "beatus ille": desean vivir en las regiones rurales, alejadas del frenesí urbano. Este ideal puede convertirse en un sueño hecho realidad en cualquier momento, tal como ha pasado con todos aquellos que han dejado sus ciudades o pueblos para irse a vivir en medio de la naturaleza, en poblaciones que no superan el centenar de habitantes.

Existe otra manera de vivir en los entornos rurales, que son sinónimo de salud y mil ventajas más: escolarización más personalizada, tranquilidad, contacto directo con la naturaleza, sentimiento de pertenencia, proximidad con la gente, proximidad con el entorno, ausencia de estímulos innecesarios, evitar la contaminación acústica y lumínica, conocer de primera mano el sector primario... ¡Toda una oda a la vida retirada!

La Diputació de Lleida anima a lanzarse a la piscina a todas aquellas personas que sienten atracción por este estilo de vida y mudarse a los municipios rurales. ¿Cómo? Con la campaña ‘Pueblo pequeño, gran vida’, que explica todo lo positivo que te puede aportar el hecho de vivir en entornos rurales a través de testimonios reales. ¡Conocedlos!

1. Belén, maestra de escuela y parte de una familia

Belén Jaime (maestra de escuela en Tuixent) y su familia decidieron mudarse a un pueblo leridano para bajar el ritmo, vivir con más calma y rodearse de naturaleza. Irse a vivir al pueblo es, para ella, volver a una infancia conectada con el disfrute, donde los coches no impregnaban las calles y con la posibilidad de salir sin peligro. Esa misma infancia es la que ella y su pareja quieren que vivan sus hijos: con autonomía, fuertes lazos con las familias que viven en el pueblo y más conexión.

2. Eva y Ricard, trabajo en el campo y teletrabajo

Eva y Ricard viven juntos. Ella es agricultora y da continuidad a un proyecto familiar promoviendo la conservación de la naturaleza y el mantenimiento del patrimonio en l'Ametlla de Segarra. Él, en cambio, teletrabaja desde el pueblo: es arquitecto y miembro de "La Boqueria", una cooperativa de arquitectura nacida en el barrio del Raval de Barcelona. El estilo de vida en el municipio leridano es comunitario y todos se cuidan mutuamente, uno de los puntos positivos que más valoran para la crianza de sus hijos, así como vivir en un entorno saludable.

3. Lily, artista

"Aquí no hay ruido de fondo, aquí el ruido se apaga y encuentro las respuestas más rápido... Y cuando estoy en un agujero negro, solo tengo que ir al huerto". Lily Brick cuenta cómo el entorno natural de Jurneda la hace conectar con todo lo que necesita. Es el espacio ideal para dedicarse a su arte y su labor como pintora muralista. Y cuando quiere dejar de pensar en el trabajo, se acerca al huerto y a los alrededores del pueblo para liberar las preocupaciones y sumergirse en la magia del entorno.

4. Núria, deportista de élite

Para Núria Picas, vivir en los Pirineos es volver a los orígenes, a donde venimos y de lo que formamos parte: la naturaleza. Como deportista de élite, vivir una vida sana es crucial, y nada mejor que hacerlo entre montañas. Estos lugares no solo son ideales para entrenar, sino que la hacen sentir libre y viva.

¿A vosotros también os gustaría vivir entre montañas y campos? ¡Conoced a todas las personas que ya han dado el paso!

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