1. Reivindicar el 'upcycling'
¿Qué tienen en común el desierto de Atacama de Chile y el lago Korle de Ghana? Que allí hay algunos de los vertederos más grandes de residuos textiles del planeta. El ritmo de producción de las cadenas de 'fast fashion' es abrumador: ni siquiera el insaciable consumismo de Occidente es capaz de digerir tanta ropa. Toda la producción sobrante no se recicla: es más rentable enviarla lejos.
Cada vez más voces se levantan contra esta aberración social y medioambiental. De hecho, una nueva generación de diseñadores solo entienden su profesión si va de la mano del activismo climático y de un consumo consciente. Por eso han hecho del 'upcycling' –la capacidad de transformar la ropa y los residuos en productos de diseño con un valor añadido– su carta de presentación. En Nueva York triunfa Collina Strada, en Londres lo hace Priya Ahluwalia y su revolucionaria colaboración con Microsoft. ¿Y en Cataluña? Tenemos cantera: desde pioneros como Virginia Rondeel y Sylvia Calvo hasta nuevos talentos como The Local Dreamer y La Kölors. Si buscáis un nuevo estilo de vida, haced clic y abrid el armario al 'upcycling'.