Sylvia Calvo
Foto: Sylvia Calvo
Foto: Sylvia Calvo

7 tendencias de la moda para este 2022

Los siete mandamientos que dibujarán una moda más inclusiva y más sostenible

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Rediseñar / reivindicar / reutilizar / renovar / reciclar / recuperar / reducir. Os presentamos los siete mandamientos que hay que conocer para este 2022, porque dibujarán una moda más inclusiva y, sobre todo, más sostenible. Bienvenidos a la era RE, dónde la artesanía y la tecnología van de la mano de conceptos como 'upcycling', la moda sin edad y sin género y la producción bajo demanda. Todo, con representantes de vanguardia en nuestro país. 

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1. Reivindicar el 'upcycling'

¿Qué tienen en común el desierto de Atacama de Chile y el lago Korle de Ghana? Que allí hay algunos de los vertederos más grandes de residuos textiles del planeta. El ritmo de producción de las cadenas de 'fast fashion' es abrumador: ni siquiera el insaciable consumismo de Occidente es capaz de digerir tanta ropa. Toda la producción sobrante no se recicla: es más rentable enviarla lejos. 

Cada vez más voces se levantan contra esta aberración social y medioambiental. De hecho, una nueva generación de diseñadores solo entienden su profesión si va de la mano del activismo climático y de un consumo consciente. Por eso han hecho del 'upcycling' –la capacidad de transformar la ropa y los residuos en productos de diseño con un valor añadido– su carta de presentación. En Nueva York triunfa Collina Strada, en Londres lo hace Priya Ahluwalia y su revolucionaria colaboración con Microsoft. ¿Y en Cataluña? Tenemos cantera: desde pioneros como Virginia Rondeel y Sylvia Calvo hasta nuevos talentos como The Local Dreamer y La Kölors. Si buscáis un nuevo estilo de vida, haced clic y abrid el armario al 'upcycling'. 

2. Reclamar otra moda

¿Una modelo de 65 años ha protagonizado la campaña de verano de Saint Laurent? Sí, es Jerry Hall. ¿Una influencer ya centenaria diseñando una colección cápsula para H&M? Sí, es Iris Apfel. ¿Un jugador de béisbol lanzando una línea de maquillaje para hombre? Sí, es Alex Rodríguez. Estamos en 2022 y la moda sigue rompiendo esquemas a un ritmo vertiginoso. 

Incluso los desfiles de lencería son más inclusivos que nunca gracias a Fenty, la marca de Rihanna que ha devorado a los ángeles de Victoria's Secret. Caen estereotipos, los prejuicios, los viejos dogmas. Por eso cada vez más creadores avocan por una moda sin género, sin edad, sin temporadas, ligada a la innovación tecnológica y con consciencia global. Sí, se avista otra moda donde hay cabida para todo el mundo, como la que practica Júlia G. Escribà en nuestro país. 

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3. Reutilizar los residuos

¿Os habéis parado alguna vez a pensar cuantas botellas de vino y cava se abren cada noche en un restaurante? ¿Y en diez establecimientos? ¿Y en cien? Las cifras aturden. Más allá de reciclarlas por la vía convencional también se pueden transformar en productos bellos y útiles: lo pregonaba más de un siglo atrás William Morris, precursor del movimiento Arts & Crafts. Alrededor del mundo brotan iniciativas de 'upcycling' relacionadas con el diseño del producto, una tendencia imparable que también ha llegado al sector gastronómico.

En Cataluña, el Celler de Can Roca ha puesto en marcha el proyecto Roca Recicla para transformar los residuos de vidrio, poliestireno y plástico que generen, mientras que la asociación Aflote ha tejido una red de recogida de corchos en más de 250 establecimientos de Barcelona.  

4. Renovarse con la impresión 3D

¿Por qué cada vez más marcas de ropa y accesorios sucumben a las prestaciones de la impresión 3D? Las razones son múltiples, pero hay una aumento imbatible: permiten crear un sistema de producción sostenible, personalizable y de residuo cero (la fabricación es aditiva, capa por capa).

El sector de la impresión 3D –mundialmente famoso por los espectaculares vestidos de Iris van Herpen– avanza a pasos de gigante: pueden fabricar des de las piezas de un collar hasta unos zapatos, un bolso y un bordado. Y no, no es magia. Detrás hay empresas punteras como la basca Comme des Machines, especialista en buscar soluciones creativas para clientes pequeños, como por ejemplo la joyera Helena Rohner, y para gigantes del 'retail' como Mango, para quien fabrican una línea de bisutería sostenible. 

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5. Reciclar el plástico del mar

Los monstruos marinos que imaginaba Jules Verne son entrañables al lado de la especie invasora que le está costando la salud a nuestros océanos. Y de paso, a millones de personas. Sí, nos referimos al plástico que navega a la deriva en descomunales islas de basura. Uno de los grandes retos para los próximos años es salvar los hábitats acuáticos de sus garras. Y el mundo de la moda se ha puesto las pilas.

Quizás hace unos años las zapatillas deportivas de Tropicfeel, las gafas de Sea2See y la ropa de baño de Allsisters –tres marcas catalanas que fabrican con fibras provenientes de la recolección de residuos plásticos marinos– eran una excepción, pero ahora ya son un ejemplo a seguir para nuevos emprendedores El camino, pese a ello, es largo: actualmente solo se recicla el 10% del plástico que se produce. 

6. Recuperar la artesanía

Lo llaman el nuevo lujo y no es para menos. La artesanía tradicional –pasada por la criba del diseño– es una apuesta ganadora. Y si es una tendencia imparable es porque cada vez hay más consumidores con criterio que exigen productos atemporales, de alta calidad y, sobre todo, con alma. 

En esta alianza, los artesanos ven reconocido su talento y, además, obtienen recursos para mantener vivos sus oficios. Por otro lado, los diseñadores aportan una visión creativa y vanguardista que permite reinterpretar este legado. Solo hay que ver los escultóricos sombreros de Eli Urpí, las bonitas sandalias de Ball Pagès, las sofisticadas bolsas de piel de The Sant o las alegres diademas de Verbena para entenderlo. Pura artesanía contemporánea, y, además, de quilómetro cero. 

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7. Reducir la producción

¿Sabéis cuál es el mejor residuo? Exacto: el que no se produce. Esta premisa tan simple está generando un cambio de perspectiva en muchas marcas de ropa. ¿Para qué cargar con stocks que después habrá que malvender –llamadlo rebajas– para seguir alimentando la rueda de las temporadas?

El concepto 'on demand' reclama su lugar en el universo 'fashion': si aquello que ves, o que incluso te puedes probar, te gusta, encárgalo. Quizás te lo podrán personalizar a tu gusto. Esta decisión beneficia a todo el mundo: al cliente al creador y al planeta. En esta línea ya transitan, con más o menos intensidad, marcas indies tan interesantes como Cus, Kimôh y Joplin Atelier. Gracias a las nuevas tecnologías pueden llenar la tienda virtual, pero confeccionar solo por encargo. 'Win-win'. 

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