El marqués dejó huella y todos sabemos de qué hablamos cuando oímos la palabra sadismo. Esta exposición del CCCB quiere reconocer el impacto filosófico y artístico que su obra tuvo en la cultura occidental, sobre todo durante el siglo XX, cuando intelectuales, escritores, poetas y pintores de vanguardia como Dalí, Apollinaire, Man Ray, Toyen o Georges Bataille fueron influidos por Sade a la hora de crear.
Pero, más allá de las vanguardias, la muestra del CCCB también se pregunta cómo releer a Sade desde el siglo XXI, gracias a reflexiones de artistas contemporáneos que hablan de la libertad de expresión, los roles de género, el deseo, la violencia, el terror institucional y el papel de la imaginación pornográfica en la sociedad de consumo.
Encontrará, por ejemplo, una instalación de Domestic Data Streamers que, a través del ruido, quiere explicar la violencia machista en España y en el resto del mundo. En una sala llena de metrónomos, donde un minuto equivale a un año, cada país tiene su metrónomo particular que suelta una vez seco cada vez que una mujer es asesinada por su pareja o ex pareja. Otras obras tratan de temas como el BDSM, una práctica considerada tradicionalmente como pervertida, o el reclamo del colectivo queer de la radicalidad de Sade y su capacidad subversiva.
También existen piezas de artistas como Laia Abril, Paul Chan, Shu Lea Cheang, Teresa Margolles, Joan Morey y Kara Walker conviven con producciones de Joan Fontcuberta y Albert Serra y Candela Capitán. Las obras dialogan con documentación de performances históricas, referencias a obras de la literatura, el cine y el cómic, y vídeos de entrevistas con filósofos e investigadores.
'Sade. La libertad o el mal' se puede visitar del 11 de mayo al 15 de octubre en el CCCB.