Casal Lambda
En 1976 apenas hacía un año que Arias Navarro había dicho aquello de "españoles-Franco-ha-muerto" y la moral nacional-católica lo embadurnaba todo. Pero un grupo de valientes, entre los que había Armand de Fluvià –actual presidente honorífico del Casal Lambda–, creó el FAGC, el Frente de Liberación Gay de Cataluña, y el Instituto Lambda, dos herramientas fundamentales para desbrozar el camino hacia la visibilidad LGBTI. Y había tanto trabajo que hacer... De Fluvià explica que, mediante la reivindicación –porque "a nadie le regalan nada: las minorías deben luchar por sus derechos"–, en estos 40 años se ha conseguido que no haya discriminación legal. Entre muchas otras metas, el Lambda fue el impulsor de la ley contra la homofobia, aprobada por el Parlamento en 2014. "¡Logramos cambiar el discurso del gobierno y que una ley se aprobara en 17 meses!", Recuerda el presidente de la institución, Emilio Ruiz. Pero como la legalidad y la realidad de la calle no van siempre de la mano, el sentido del Casal es, para Sergi Cubell, coordinador del activo grupo de jóvenes, "convertirse en un referente para todos aquellos gays, lesbianas y trans que no saben qué hacer ni con quién hablar". "Somos activistas de trinchera, estamos con los problemas de la calle...", resume Cubell.
El Casal da respuesta a todas estas personas mediante un montón de servicios y actividades: los servicios de acogida, de asesoramiento jurídico y psicológico, grupos de mujeres, de sordos, de personas mayores, de jóvenes LGBTI con disminución psíquica... Y como remarca Jordi Samsó, vicepresidente del Lambda, todo esto no se ha hecho a golpe de talonario sino con el trabajo desinteresado de los voluntarios y socios del Casal. "Las personas pasan por el Casal y quizás se marchan, pero no se olvidan", concluye Samsó.