Comer
La variedad de locales del barrio es interesentasíma y adaptada a todos los gustos y economías. Los sibaritas con ganas de Michelin les costará decidirse entre Disfrutar, Angle, Gresca y Cinc Sentits.
En su propio firmamento gastronómico hay restaurantes que también rebosan personalidad, pero mucho más asequibles. Visitad, si todavía no lo habéis hecho Ósmosis, Sagardi (Muntaner, 70), Cruix, Haddock y Semproniana. Y si buscáis opciones más informales pero igualmente sabrosas, podéis optar por Bar Malasang, Casa Jaime (Consell de Cent, 222), Ugot y La Flauta (Aribau, 23). Si queréis probar auténica cocina catalana a precios de risa plantaos en el Gelida.
Cuando apetece comida asiática se puede escoger entre el clásico y resultón Out of China, el desparpajo indio de Masala73 y la exuberancia de Indonchine Ly Leap, ideal para impresionar a la pareja. Los amantes de la comida japonesa deberían buscar piso en la zona porque hay mucho y bueno donde escoger: Tempura-Ya, Akashi Gallery, Ekubo... No hay que olvidar uno de los mejores lugares de la ciudad para saborear los platos que se sirven en los hogares nipones: Una Mica de Japó.
En la cuadrícula izquierda también hay espacio para Yakumanka, la sucursal barcelonesa del celebérrimo chef peruano Gastón Acurio. Otra opción interesante para degustar especialidades de Sudamérica es Caña de Azúcar.
Mención aparte merece la calle Enric Granados, una de las vías más bonitas y con mejor gusto de la ciudad: en sus portales se suceden valores seguros como Alba Granados, Sense Pressa, Robata...