Barcelona está llena de lugares bonitos, jardines secretos, e incluso patios muy bonitos, pero es una ciudad que se define por sus edificios y monumentos más importantes, que normalmente son también los más grandes. En cambio, los pasajes, son la expresión minúscula del urbanismo. Callejuelas en la sombra de las grandes avenidas, creadas para solucionar un problema, bien de edificación o de tráfico. El pasaje es una excepción, y probablemente sea eso lo que nos fascina de ellos. Hacen que una ciudad se convierta en un pueblo. La escalera se reduce, hay plantas en lugar de coches. Nos sentimos acogidos.
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