Plaça d'eivissa horta
ⒸMaria Dias
ⒸMaria Dias

Lo mejor de Horta

Volved a Horta y descubrid la gastronomía, las tiendas y los clásicos del barrio más auténtico de Barcelona

Andreu Gomila
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Es el barrio más auténtico de la ciudad y necesita vuestra ayuda para que lo sepa todo el mundo. Está cerca de Collserola, hace más fresco y se llama... ¡Horta! Os descubrimos las maravillas de este barrio con aroma a pueblo, que hoy en día todavía mantiene un fuerte sentimiento de identidad.

Cerró Can Gaig de Horta. Y lo ha hecho también Can Joanet. Pero no derramaremos ni una gota (no es nuestro estilo), porque la oferta de bares y restaurantes del barrio mantiene el pulso. De hecho, mientras resista Can Cortada... La terraza es como el sueño de una noche de verano. Hace 20 años que abrieron en el espacio que ocupaba la masía de los antiguos 'virreyes' de la villa y forma parte, como no, del patrimonio histórico de Barcelona. El bacalao con roquefort es más que digno y son especialistas en carne a la brasa.

En Horta no abundan los restaurantes de parada y fonda. Se ha consolidado el modelo de bar-restaurante, con el Quimet de la plaza Eivissa como referencia, aunque con derivaciones hacia la hamburguesa, el vermut y la pizza. Uno de los bares que más furor está causando entre la juventud del barrio es el Setze. Abrieron en 2011 y todavía se le conoce como "el bar nuevo". Mercè, la dueña, nos dice que es el feudo de diablos y tabalers. Aquí lo hacen todo ellos, excepto los calamares, que no le terminan de salir como quisiera.

El 'hit' de la casa es el bocadillo Setze, una explosión de energía hecho a base de hamburguesa, cebolla, bacon y huevo frito. También tiene la versión pizza, con la carne picada en vez de la hamburguesa. Dinamita adolescente. Y mientras los jóvenes cogen fuerzas, los hermanos mayores hacen de las suyas en la Bodegueta d'Horta. El verdejo que nos sirven nos enfría el cuerpo y alegra la mente. Y para que no perdamos el ritmo, las tostaditas con queso que nos regala son un chute de optimismo. La misma sensación que tenemos cuando hablamos con Àlex del Destapa't. Abrió en febrero de 2014 y ya cuenta con una clientela fan de sus huevos estrellados con jamón y las bravas. El dueño del local es del barrio y había trabajado quince años entre Montbau y Gràcia. Quería trabajo en el barrio y gente que quisiera escuchar la misma música que él, es decir, soul, blues y R&B. Dicho y hecho.

Pero ya les digo yo que la joya de la corona de las cercanías de la plaza Eivissa no la tienen en ningún bar, sino que está en L'Eivissenca, la heladería. Y no es por los helados, que son buenísimos, ni por la horchata, sino por los granizados de pomada (gin xoriguer y limonada). ¡La magdalena de Proust! Y un motivo contundente para volver a Horta. Para hacer bajar tanta alegría no hay nada como los bocadillos del Louise se Va, un rock café que intentó alargar la vida nocturna del barrio con una disco homónima al lado de la plaza de Bacardí, pero no lo consiguió. Lástima, nos dicen en el Duplex. Oscar, el hombre que hay tras la barra, dice que la disco "le daba mucha vida a la noche de Horta". Y ahora mucha gente ya no se queda en el barrio a hacer la primera copa. Ellos se lo pierden. Aquí tienen cerveza de todo el mundo y gin-tonics, con la ginebra gallega Nordés como reina indiscutible.

Los expertos en brebajes combinados, asimismo, los encontramos delante de la bodega Massana, Teràpia, quizá el bar que hacía falta. Es, además, a cuatro pasos del Samba Brasil. El día que lo visitamos vimos, sobre las once de la noche, a una tropa de aprendientes a bailarines de sambas más contentos que Ronaldinho cuando marcaba un gol. Y bebimos una caipiriña ni dulce ni amarga. Ideal. Però sí, falta una disco para todos. Seguramente algo más cercano al Màgic que al Apolo. Más de pueblo, con las canciones del verano de hace veinte años, diversas generaciones en la pista y algo que te dice que aquí lo saben todo de ti.

En Horta, no esperéis ni grandes cadenas ni ropa de diseñadores. El comercio que hay es bueno y de proximidad, con alguna idea brillante que ya se ha exportado a algún otro barrio. Es el caso de Bebe-té, la tienda de tés que Jordi abrió en 2007 y que se ha replicado en la calle Parlament, en el barrio de Sant Antoni. "En todas partes hay gente para todo: lo único que debes hacer es encontrar tu público", nos dice cuando le preguntamos por el matiz poco tradicional de su negocio. Tiene más de 2.000 amigos en Facebook y mucha gente fuera del barrio que lo busca por las 150 referencias de tés de todo el mundo. Al lado, tiene una tienda nueva, pionera en el barrio, VullSushi, que vende comida nipona a domicilio. El 'take away' de calidad tiene otro hito importante en Gaig Ventura, comandada por Natàlia Gaig, hija del gran chef Carles Gaig. El menú de cada día, 9,50 euros, nos hace la boca agua.

Otra tienda donde vale la pena detenerse es una floristería, L'Art d'Horta. Hace 20 años que Lídia controla el negocio y ha conseguido, además de tener un local precioso, hacerse un hueco en Barcelona, Girona y más allá. En el barrio, vende rosas, lilas y tulipanes. En la pastelería Sant Antoni lo que venden son bombones estratosféricos, hijos del maestro chocolatero Enric Rovira. Y unos pastelitos de manzana que harían llorar a Isaac Newton. Hace 54 años que abrieron puertas y se mantiene en el primer lugar del podio pastelero gracias al hábil juego entre tradición y modernidad, entre el brazo de gitano y la mouse de limón.

Hablando de dulces, en Galette & Pastim encontraréis cruasanes, magdalenas, cocas, pain o gianduja y pasteles por encargo que os harán olvidar todo lo que habéis probado hasta ahora. Sus panes, que beben de la sabiduría del Forn Serra de Poblesec, son de una calidad que notaréis. Que no os asuste la cola que se monta en la calle muchos días.

Pero hay un negocio, uno que está reventando las costuras gracias al alma creativa de dos hermanos. Se llaman Shirt BCN, pero los conocen como los de "Sóc d'Horta". Hace cinco años vendieron 25 camisetas en un día en la plaza Eivissa y vieron que había potencial. A Guim le parecía extraño que en un barrio tan chovinista nadie hiciera nada. Están entre la pastelería Mayol, con un siglo y medio a la espalda, y Terra de Sabors, productos de la tierra. ¡El triángulo de las Bermudas!

  • Bar de bocadillos
  • Horta - Guinardó
  • precio 1 de 4
Quimet d'Horta
Quimet d'Horta

Es el ayuntamiento de Horta, centro neurálgico de la vida del barrio. Hace 87 años que ven cómo cambian las modas, pero ellos mantienen las paredes forradas de botellas y la memoria del loro Juanito, que imitaba el silbido de los tranvías. Solo le ha faltado un Flaubert para inmortalizarlo, y eso que en el Quimet se sienta la inteligencia del barrio. Sus bocadillos de chapata son de delirium tremens. ¡Hacen más de 80!

  • Horta - Guinardó
  • precio 1 de 4
Bodega Massana
Bodega Massana

Jordi asegura que los vecinos de Horta beben más vino negro que blanco, y que las variedades preferidas son las del Penedès, Batea y Gandesa. Los fines de semana, lo que llena los vasos, es el vermut de Reus. Horta no será Barcelona, pero la juventud, ya lo saben, hace lo mismo en todas partes. Ahora y hace 80 años, cuando los primeros barriles se hicieron con un hueco en el local. ¡Cuidado, que los sábados hacen almuerzos a la brasa de primera!

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Pastisseria Mayol
Pastisseria Mayol
Cuando en Horta todavía había rebaños de ovejas y era un pueblo, los Mayol abrieron una pastelería un poco más debajo de donde está ahora. Hablamos de 1854. Glòria, la dueña, es la quinta generación que regenta el negocio, y nos invita a probar un pastelito de cabello de ángel. ¡Delicioso! Los borregos, los matós de Pedralbes con leche de almendra, los roscones de nata, la pasta brisa y el turrón de crema son los hits de la casa.
  • Mediterránea
  • Horta - Guinardó
  • precio 1 de 4
La Vitamínica d'Horta
La Vitamínica d'Horta

Debe ser uno de los vegetarianos con más solera de Barcelona. Sus comensales parecen más de ‘capipota’ que de tofu rebozado. La parte de la barra es un bar-cervecería donde se sirven bocadillos para omnívoros. Solo por su menú de mediodía ya vale la pena ir hasta Horta. Si hay buñuelos de bacalao, ¡no dudéis!

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  • Tiendas
  • Tienda de comestibles
Cereals Tarrida
Cereals Tarrida
“Ahora estamos de moda”, dice Concepció, hija de los fundadores de una tienda de cereales, legumbres y frutos secos que nació cuando en el barrio todavía había que producir mucho pienso para animales. Ahora es una tienda a granel, que cuando llega el verano vende alpiste para pájaros y en invierno, garbanzos y lentejas.
  • Qué hacer
  • Escuelas y universidades
  • Horta - Guinardó
Ateneu Cultural Hortenc
Ateneu Cultural Hortenc

Nacido en 1864, el Ateneu Hortenc es ahora mismo la entidad cívica más antigua de Barcelona. Tiene una actividad frenética y los abuelos que se reúnen después de comer recuerda la efeméride, que pisan un suelo de gran solera. Es un lugar tirando a feo, pero tiene el encanto de los locales que ya estaban antes de que se inventara la bombilla.

  • Lugares de interés
  • Horta - Guinardó
Parc del Laberint d'Horta
Parc del Laberint d'Horta

Encinas y pinos, rincones y rinconcitos. Esta es un parque diseñado para perderse por él. Empezó a construirse a finales del siglo XVIII y es casi un milagro, en la Barcelona postmoderna actual, que todavía exista y sea tan bonito. Entre los templos de Dánae y Ariadna, arriba del pequeño laberinto, se ve el mar. Y si no fuera por el ruido de fundo de la Ronda de Dalt, podríamos decir que estamos en la Toscana. Si Pasolini lo hubiera descubierto, habría ambientado allí el Decamerón.

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  • Qué hacer
  • Horta
Lluïsos d'Horta
Lluïsos d'Horta

Apareció solo dos años después que el Ateneu (1866) a imagen y semejanza de los Lluïsos de Gràcia. Aquí, la especialidad es la música, aunque también se hace danza, ping-pong y todo lo que la gente desee. El ciclo de jazz es bastante digno y cuenta con unos 800 socios. Poca broma.

  • Qué hacer
  • Escuelas y universidades
  • Horta - Guinardó

En 2017 cumplirá 100 años y no debe haber cambiado demasiado desde 1948, cuando fue reconstruido después de un incendio. Es el centro teatral del barrio y en la puerta pone que “probablemente” hacen la mejor pasta de Horta. Nos lo creemos. Aseguran que se reúnen los progres y un miércoles por la tarde encontramos a un grupo de mujeres que bailan sevillanas. ¡Olé!

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Club Tennis Horta

Esta entidad deportiva nos recuerda que el barrio era un lugar de veraneo: nació en 1912 con el nombre de Lawn Tenis Club de Horta. El abuelo del actual primer ministro francés, Manuel Valls, fue de los que pusieron la primera piedra. Es el cuarto de la ciudad, por orden de fundación. Y es algo más que un club de tenis.

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