Las 12 denominaciones de origen que hacen de Cataluña un país donde el vino es cultura

El Priorat no tiene una denominación de origen (DO), sino una DOQ (denominación de origen calificada), una etiqueta que designa las zonas vinícolas con mayor calidad y prestigio. En toda España, solo Priorat y Rioja tienen este distintivo, que sitúa estos vinos de poderosa personalidad y largas crianzas entre los más reconocidos del mundo.

Sus vinos persistentes y aterciopelados, elaborados con garnacha negra y cariñena, levantan pasiones, aunque también tienen blancos de gran fuerza y otros elaborados con variedades dulces como Pedro Ximénez o moscatel. Una parada obligatoria si visitáis el Priorat en busca de tintos exquisitos es la Cartuja de Escaladei, donde los cartujos elaboraron históricamente vinos y licores.

Esta DO es, probablemente, una de las grandes desconocidas para el público. Y eso que es la más grande de todas, ya que acoge más del 50% de los vinos catalanes con denominación de origen, en este caso –a diferencia del resto– provenientes de diferentes territorios. Así pues, la DO Catalunya no está sujeta a ninguna limitación territorial, dando lugar a vinos muy variados pero con un denominador común: su carácter mediterráneo.

Cuando pidáis un vino de la DO Catalunya, quizá os sirvan un gewürztraminer o un albariño, pero también variedades autóctonas como macabeo o parellada. Podríais acabar con un merlot entre las manos, un petit verdot, un cabernet franc o un samsó, entre muchas otras variedades tintas. Transversalidad pura, pues, de la mano de la DO más vendida en Cataluña.

El trepat es la principal variedad de la Conca de Barberà, una zona con una tradición vinícola que se remonta a la época romana. Esta uva da lugar a vinos delicados, afrutados y frescos, con notas especiadas y una ligera graduación alcohólica, que han sido parte de la cultura de esta comarca tarraconense desde hace siglos. Visitar la Conca de Barberà significa recorrer las llamadas Catedrales del Vino (bautizadas así por el dramaturgo Àngel Guimerà) y disfrutar de un patrimonio histórico y cultural excepcional.

Con más de 2.700 hectáreas de viñedo, las 21 bodegas de esta DO también destacan por su vocación investigadora y una voluntad compartida de recuperar variedades tradicionales. Es el caso de la samsó, el querol y el garró, entre otras, que dan lugar a tintos sensacionales, sorprendentes, divertidos y nada convencionales.

Hay pocas cosas más placenteras que disfrutar de una copa de vino de la DO Empordà en una de sus impresionantes playas. Nada más estimulante que saborear una cariñena o una garnacha acariciadas por la tramontana, elaboradas con mimo en alguna de las 51 bodegas adscritas a esta popular denominación.

La DO Empordà abarca un total de 55 municipios distribuidos en dos comarcas: 35 en el Alt Empordà y 20 en el Baix Empordà, divididos en dos zonas separadas geográficamente. En su paisaje, lleno de contrastes, se producen todas las variedades de garnacha y cariñena existentes. Así que, si sois amantes de los vinos elaborados con estas uvas, id preparando la agenda: ¡siempre hay un sinfín de actividades enoturísticas!

Aunque la DO Montsant es la más joven de Cataluña, sus viñedos viejos acumulan siglos de historia. Los vinos de esta DO, con una orografía variada y un clima lleno de contrastes, son fruto de una larga tradición agrícola profundamente ligada a las viñas. ¿Cómo reconocer un vino de la DO Montsant? Por sus tintos con cuerpo, dominados por la garnacha y la cariñena, ideales si os gustan los vinos con crianza, perfectos para maridar con la contundente gastronomía local.

Sus blancos, finísimos y muy bien estructurados, combinan garnacha blanca y macabeo, aunque también se pueden encontrar variedades como pansal, picapoll o parellada, entre otras.

Los vinos de la DO Alella, que incluye 31 municipios del Vallès Oriental, el Maresme y el Barcelonès, destacan por su carácter mediterráneo, estrechamente vinculado a la orografía del territorio. La combinación del suelo de sauló (de base granítica) con la versatilidad de la pansa blanca, su variedad principal, es una fórmula ganadora que da lugar a vinos con un gran potencial de envejecimiento. Encontraréis espumosos espectaculares, vinos jóvenes frescos y mediterráneos, auténticas joyas con crianza y unos dulces excepcionales.

Aunque los vinos más populares de la DO Alella son blancos, en la zona hay enólogos intrépidos que trabajan con variedades tintas como la mataró, el sumoll o la garnacha peluda. El resultado son vinos tan interesantes como inclasificables, que demuestran que estamos en una región vinícola vibrante y efervescente, quizás influenciada por la proximidad del ritmo de la ciudad de Barcelona.

Es tan difícil definir la DO Costers del Segre, y son tan maravillosos sus vinos, que la mejor forma de entender las particularidades del territorio es plantarse en alguna de las bodegas de la zona y descubrir sobre el terreno sus excelentes caldos. Con más de 4.000 hectáreas de viñedo y un total de 35 bodegas, Costers del Segre se extiende desde la llanura de Lleida hasta el profundo Pirineo. Por eso, este territorio diverso se divide en siete paisajes diferentes, que dan lugar a vinos unidos por su intensidad, amplitud y equilibrio, con buena acidez, frescura, fuerza y carácter.

La DO se extiende a lo largo de la cuenca del río Segre hasta los Pirineos, ofreciendo una variedad de paisajes y climas que permite cultivar numerosas variedades de uva, tanto blancas como tintas. Además de las tradicionales macabeo, xarel·lo y parellada, destacan también la viognier o la godello, mientras que entre las tintas predominan la garnacha y el tempranillo.

Visitar las comarcas del Penedès es sentir que todo gira alrededor del vino. Todo el mundo sabe de vinos, habla de vinos y buena parte de la población trabaja directa o indirectamente en este sector.

Llegar al Penedès, una tierra de contrastes que ha sido cuna de la viticultura desde hace 2.700 años, significa tener ipso facto una copa de xarel·lo en las manos. Sin embargo, aquí también se elaboran espumosos sensacionales, deliciosos moscateles y tintos, a menudo desconocidos, que representan el 35% de la producción.

Con más de 150 bodegas y 2.500 hectáreas de viñedo (casi el 90% de ellas ecológicas), la DO Penedès destaca por sus contrastes. Encontrarás desde pequeños enólogos con proyectos transgresores basados en la sostenibilidad hasta grandes bodegas que han contribuido al prestigio internacional de una de las DO catalanas más populares entre el público.

Los vinos de esta DO, nacida en 1995, son pura autenticidad. Agrupa y protege las bodegas y los vinos elaborados en las comarcas del Bages y parte del Moianès, todos con tradición familiar y viñedos propios. Es un territorio lleno de pequeñas bodegas que producen vinos espléndidos con su variedad más representativa, el picapoll, y trabajan también en la recuperación de variedades tintas autóctonas como el sumoll o el mandó.

Barracas, tinas a pie de viña y muros de piedra seca forman parte del patrimonio vitivinícola, reconocido como Patrimonio Inmaterial y Geoparque Mundial por la UNESCO. Actualmente, la DO está formada por 17 bodegas familiares muy bien organizadas que convergen en la Ruta del Vino DO Pla de Bages, con un montón de actividades para todos los públicos.

Con solo 11.000 habitantes, la Terra Alta es una de las comarcas más despobladas de Cataluña y, a pesar de ello, su actividad vitivinícola es frenética. La zona acoge un total de 62 bodegas, una cifra que ha crecido en los últimos años, generalmente pequeñas explotaciones dedicadas a elaborar vinos poco convencionales, sin límites ni etiquetas, recuperando técnicas ancestrales de la zona, como los tradicionales brisados, ahora muy de moda en entornos urbanos.

En la Terra Alta reina casi en solitario la garnacha blanca, que aquí se cultiva en el 33% del total mundial, lo que supone el 75% de la producción en España y el 90% de Cataluña. Por ello, la Terra Alta cuenta con un distintivo de control específico “Garnacha Blanca 100x100”. Si te apasiona esta variedad aromática, fresca y elegante, ya sabes: pide vinos de la DO Terra Alta y descubre cómo brilla la garnacha.

La principal credencial de esta DO tan mediterránea es la variedad macabeo, que da lugar a grandes vinos y espumosos que se pueden degustar siguiendo la Ruta del Vino de la DO Tarragona. Este recorrido te llevará por algunas de las 27 bodegas que forman la DO, incluidas las cooperativas modernistas proyectadas hace más de un siglo por el arquitecto Cèsar Martinell, que todavía se pueden visitar. Estos templos del vino icónicos conviven con bodegas familiares de varias generaciones y nuevos proyectos innovadores iniciados por jóvenes enólogos graduados en la Universidad Rovira i Virgili.

Aunque la DO Tarragona se creó hace 75 años, su tradición vitivinícola es milenaria. Como demuestra la ánfora de su logotipo, en Tarragona no solo se disfruta del buen vino desde la época romana, sino que los romanos utilizaban ánforas para almacenar y transportar esta bebida por toda Europa.

La DO Cava es como el alma de la fiesta: fresca, vibrante y siempre lista para cualquier celebración. Este vino espumoso, elaborado con uvas como macabeo, xarel·lo y parellada, presume de un carácter único, una explosión de burbujas y sabores que son pura exuberancia. El cava es la combinación perfecta entre tradición y modernidad: artesanía en cada botella, pero con vocación internacional, como demuestran sus 205 bodegas y las más de 38.000 hectáreas dedicadas a esta DO, que en Cataluña abarca el Alt y Baix Penedès, Alt Camp, Conca de Barberà y Costers del Segre.

Cuando hablamos de cava nos referimos a vinos espumosos elaborados mediante el método tradicional, con una segunda fermentación en botella y una crianza mínima de 9 meses. Los Cavas de Guarda Superior se caracterizan por ser 100% ecológicos y proceder de viñas con más de 10 años. Además, se ha creado un sello distintivo “elaborador integral” para identificar las bodegas que gestionan todo el proceso de vinificación en la misma propiedad.