1. Atracciones Falgàs
Vais conduciendo de Empuriabrava a Roses, y en un margen de la carretera divisáis a un enano de tres metros que os saluda satisfecho, con las piernas bien abiertas y un cucurucho multicolor. Entre fardos de paja, campa un cocodrilo gigante y un elefante con un tubo encajado en el culo que parece que acabe de excretar una pelota de golf gigante. No, no te han puesto 'droja' en el Nesquick: estáis ante una de las plantas de Falgàs, la empresa gerundense que fabrica la mayoría de atracciones mecánicas infantiles de monedas que se tragan las perras de los bolsillos de los padres. Que los aires de decadencia surrealista no os engañe: esta gente factura millones de euros por todo el mundo.