Mazinger, Tarragona
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Los sitios más frikis de Cataluña

Un paseo por los rincones más extraños (y curiosos) de esta tierra nuestra, tan bonita y tan rara

Ricard Martín
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¿Creéis que tenéis controlados todos los rincones extraños de Cataluña? Quizás sí, pero esta tierra de 'seny i rauxa' oculta monumentos a la rareza que están a años luz de los topicazos de tacaños, independentistas y 'caganers'.

Está bien tener ubicadas en el mapa las mejores playas de la Costa Brava, los pueblos más bonitos de Cataluña y caminos de ronda, pero Cataluña también tiene este punto rarito que nos encanta. Poneos las botas de montaña para hacer un pequeño paseo por la Cataluña más friki. Friki de verdad, nada de tiendas de cromos de Magic y 'Bola de Dragón'.

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1. Atracciones Falgàs

Vais conduciendo de Empuriabrava a Roses, y en un margen de la carretera divisáis a un enano de tres metros que os saluda satisfecho, con las piernas bien abiertas y un cucurucho multicolor. Entre fardos de paja, campa un cocodrilo gigante y un elefante con un tubo encajado en el culo que parece que acabe de excretar una pelota de golf gigante. No, no te han puesto 'droja' en el Nesquick: estáis ante una de las plantas de Falgàs, la empresa gerundense que fabrica la mayoría de atracciones mecánicas infantiles de monedas que se tragan las perras de los bolsillos de los padres. Que los aires de decadencia surrealista no os engañe: esta gente factura millones de euros por todo el mundo.

2. El Mazinger de Tarragona

Y ya que hablamos de personajes fantásticos descontextualizados... En 1979 triunfaba en la España posfranquista la iconografía fetichista de Mazinger Z (¡aquellos puños eran una referencia velada al 'fisting'!). Al promotor inmobiliario de la urbanización Mas del Plata, en Cabra del Camp (Tarragona), no se le ocurrió nada mejor para vender chalets adosados que el reclamo de una gigantesca estatua de Mazinger Z de 14 metros custodiando el vecindario. Ya nadie verbaliza leyendas suburbanas demenciales (que si estaba vacío por dentro y era un tobogán, que si la dejaron allí olvidada porqué un niño murió de una caída, que si allí se fue a jubilar el creador de Mazinger), ahora es el punto de encuentro para motoristas que llegan de todas partes. ¡Y tiene su gracia!

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3. El culo de la leona

Todo el mundo que visite Gerona ciudad por primera vez peligra sufrir la cursilona coacción de besar el culo de esta escultura del siglo XII (una de las hipótesis es que señalaba la entrada a un hostal que debía llamarse La Leona). Quien besa sus graníticas posaderas, dicen, volverá siempre a Gerona. Pero tened cuidado: alguno, en lugar de volver se queda para siempre. En 2015 un jubilado francés murió por una caída desde el tercer escalón del pedestal, a un escaso metro de tierra.

4. Ofrendas

¿Queréis sentiros dentro de un clip de Marilyn Manson, o una peli del Balagueró? Sólo necesitáis hacer una excursióncilla hasta cualquier santuario catalán y contemplar la colección de ofrendas: regalos al panteón católico de Dios, Hijo, vírgenes y santos en cumplimiento de un voto o de agradecimiento. En el Monasterio de San Ramón (La Segarra) encontraréis una nutrida colección de piernas y brazos ortopédicos, vestidos de marinerito en bolsas de plástico y velos de novia amarillentos. La tristeza que provocan la exposición a estos pedazos de piel de vidas muertas es hipnótica y amarga.

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5. La olla de la fertilidad

¿Tenéis problemas de fertilidad? En el Santuario de Nuria aún pervive una curiosa tradición: las mujeres que quieran parir hijos bien hermosos, que cantaba Pau Riba, deben arrodillarse y sumergir la cabeza en una olla mientras su marido toca una campana (una campanada por hijo deseado, ojo). ¿Tradición cristiana? Nooo. El Santuario de Nuria se estableció en el s. XI, y según el folklorista Joan Amades, la olla mágica es la reconversión en cristiano de la (buena) costumbre pagana de las chicas del lugar de frotarse contra un menhir blanco que había en el valle.

6. El bosque de los falos gigantes

¿Cipotes en el bosque? ¡Métetelo en la cabeza! No, no, hablo de una despedida de solteras. Si me permitís modificar aquel 'slogan' de la Txene, donde un tipo se apagaba una colilla en el cabello (¡puagh!), tengo que deciros que tenéis que salir disparados a visitar el Bosque de Can Ginabreda (o 'Bosque de en Xicu '): es parque, bosque y exposición de arte a la vez. Se trata de un bosque típicamente mediterráneo de unos 40.000 m2 con robles, encinas, enebros, pinos, acebos y ... Un puñado de esculturas del artista gerundense Xicu Cabanyes que giran en torno a temas como la erótica o la vida. Una experiencia singular e innovadora, gratis y al aire libre. Lo encontraréis en el camino de Mieres, km 25.5, en el bonito municipio gerundense de Porqueres.

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7. Grafitis de prisión medieval

Una auténtica joya: Castelló d'Empúries, pueblo medieval ampurdanés bonito entre los pueblos medievales ampurdaneses bonitos, puede presumir de tener un primoroso museo dedicado al pasado histórico medieval del municipio. Lo que mola más del equipamiento es que está situado en una prisión-curia que Pedro I de Aragón hizo construir en 1336. Sentarse en una diminuta celda lóbrega y observar los grabados en las paredes de piedra maciza –que los prisioneros rascaron a mano desnuda para hacer más soportable la condena– horroriza más que todos los museos de cera del mundo.

8. La casa del infierno

En el corazón de la Gerona selvática y forestal, en el vecindario rural de Vallcanera, acercarse a esta casa señorial abandonada y devastada te los pone por corbata. La mansión de Can Busquets está abandonada desde la Guerra Civil, y varios grupos de 'cazadores de fantasmas' se han encargado de extender rumores terroríficos: la casa está vacía porqué hubo una matanza entre dos familias por la herencia, y por la noche se pueden escuchar llantos de bebé. Y que la chimenea es una puerta al infierno, que si te descuidas te chupa y te aprisiona en el cementerio que hay debajo de la casa (esto fue prácticamente un pequeño pueblo, con escuela e iglesia). También que un vecino de Vallcanera se acercó a curiosear y apareció muerto al día siguiente... a los pies de la chimenea. Brrrr.

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  • Qué hacer

En Torrelles de Llobregat haced un recorrido por los edificios y sitios más emblemáticos del país gracias a las maqueta de Catalunya en Miniatura. Somos un país bonito y pequeño, así que vernos jibarizados a una colección de maquetas nos es muy natural. ¡Lástima es que no te dejen hacer de Godzilla con la estación de Francia o el monasterio de Poblet! Y recordad que si la visitáis en Halloween (también dicho Todos los Santos) os daréis de bruces con escenas costumbristas que forman parte de nuestro imaginario ancestral: como orcos con saco de arpillera que intentan destruir la catedral de Barcelona. Hiperrealismo, tú.

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