

No son ni las 11 de la mañana de un jueves y La Cova Fumada ya está llena de gente que se atreve a empezar el día con un desayuno de cuchillo y tenedor. Por las mesas danzan sardinas a la brasa, pan tostado con alioli, garbanzos, butifarras y, lógicamente, la bomba, la tapa estrella. Y en ese momento aparece Palmira, apodada “la bomba de la Barceloneta”, y que aunque esté jubilada siempre será la jefa, saludando a los clientes y haciendo carantoñas en la cocina.