No tienen nada que ver con el resto de jardines urbanos de la ciudad. No tiene zonas infantiles, pero sí otros encantos. La parte de Montjuïc que da al Puerto está protegida del viento del norte, lo que crea un microclima con una temperatura dos grados inferior a la del resto de la ciudad, y eso permite que haya 800 especies de cactus y otras plantas suculentas.
Los jardines se crearon en los años 70 y rinden homenaje al poeta mallorquín Miquel Costa i Llobera.