Noia feliç als bunkers del Carmel
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Ideas para ser feliz en Barcelona

No tenemos la receta definitiva, pero sabemos qué tienes que hacer para conseguir la felicidad en esta ciudad

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Según parece, la felicidad es el destino escogido por la humanidad y sin embargo todavía no la comercializan en ningún súper, exceptuando los liberadores de dopamina que circulan por el mercado negro. Pero, ¿qué es la felicidad? La RAE la define como el “estado de grata satisfacción espiritual y física”, así que la pregunta es: ¿cuáles son las estrategias para satisfacer plenamente el ánimo? Epicuro optaba por el hedonismo, la vía del placer. Sócrates, Platón y Aristóteles, por la razón, el dominio del dolor y de las pasiones. El cristianismo, gran máquina de esperanza, toma la vía del sacrificio y la caridad. Y después están los múltiples tratados de psicología positiva. También se habla del deporte como opiáceo natural, de perdonarnos los fracasos, de agradecer lo que nos pasa en vez de darlo por hecho, de tener objetivos en la vida...

Nosotros no tenemos ninguna fórmula de la felicidad; solo tentativas. Hemos escogido los consejos más populares sobre cómo ser feliz y otros de cosecha propia y los hemos trasladado a Barcelona, el escenario en el cual nosotros intentamos ser felices cada día.

NO TE LO PIERDAS: Ideas para encontrar el bienestar.

1. Como una lagartija

Entre las muchas propiedades que tiene el sol, sabemos que mejora la salud de los huesos, la cardiovascular, disminuye el riesgo de sufrir algunas enfermedades inmunológicas y también mejora la salud mental. Es decir, nos pone de buen humor. Barcelona es una de las ciudades europeas con más luz solar, pero en otoño se estima que perdemos tres minutos de sol al día. Si no queréis caer en una depresión estacional, salid al aire libre y que el sol os acaricie la piel y os dé calorcito. Las opciones son múltiples: hacer el vermut en una terraza de la Barceloneta, hacer deporte en el parque de la Ciutadella, un pícnic en Montjuïc, pasear por la playa y poner los pies en remojo...

2. La felicidad de los otros es también la nuestra

Si cantidad y la calidad de las relaciones personales es el factor más determinante de la felicidad, no es extraño que ayudar a los otros sea una de las claves que señalan gran parte de los estudios que se han hecho sobre el tema. Hay muchas maneras de ayudar a alguien, desde prestar atención a nuestros entorno más cercano hasta colaborar con organizaciones solidarias como, en Barcelona, la Fundació Arrels, que trabaja con personas sin techo, y el Casal dels Infants.

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3. Tener el estómago contento

Comer para no morir y comer para ser feliz. Estar a dieta nos pone de mal humor, lo sabéis, y una mala alimentación también está ligada a los cambios de humor. Está demostrado científicamente que hay alimentos que nos alegran la vida: el chocolate aumenta el nivel de serotonina –visitad Oriol Balaguer, Bubó y levitad–; el café activa nuestro sistema nervioso –en Satan’s Coffee Corner o en Cafès El Magnífico os pondrán las pilas– y la fruta y la verdura regulan el tránsito intestinal. ¡Morded la felicidad!

4. El opiáceo natural

El deporte es uno de los liberadores de endorfinas –las llamadas hormonas de la felicidad, que tienen efectos analgésicos y causan sensación de bienestar– más poderoso que hay. Y lo mejor de todo es que para pillar un buen pedo de endorfinas no hay que hacer un ironman. Es suficiente con salir a correr unos cuantos días a la semana por Montjuïc (por decir un sitio verde) o ir a trabajar en bicicleta. Dato de interés general: el sexo también anima a las endorfinas.

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5. El aire que todo lo cura

De vez en cuando no está mal reconciliarse con la madre naturaleza, que muchos la tenemos olvidada. El aire fresco revitaliza y anima. Tenemos la suerte de vivir en Barcelona y tener extensiones verdes bastante cerca, un buen número de parques y jardines maravillosos, no hace falta ni coger el coche, el ferrocarril puede ser un gran aliado y encima cuidamos el medio ambiente. Collserola es nuestro gran pulmón verde, con 8.000 hectáreas y excursiones señalizadas, y también podéis subir hasta Montserrat, al santuario, o solo disfrutar del paisaje. ¡Y no nos podemos olvidar del mar! Cerca de Barcelona, en Viladecans, tenemos las playas del Remolar y de la pineda de Cal Francès, un paisaje increíble lleno de dunas. Llegad hasta el observatorio y enamoraos del entorno.

6. Todo es ahora

Vivimos en un presente continuo. Esto no quiere decir que no tengamos que pensar en el futuro, sino que cada instante presente contiene el futuro. De hecho, el ahora es lo único que nos pertenece y vivir el presente es una de las claves de la felicidad. En Barcelona, justamente, tenemos un presente muy animado, durante toda la semana, que seguro que sacia vuestros deseos.

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7. Sentir el ritmo en el cuerpo

¿Una vida sin música? No la quiero. Es un estímulo para el cerebro, nos hace ser más creativos e incluso nos puede ayudar a dormir. Así que no dudéis en volver a disfrutar de la agenda musical de Barcelona porque sigue viva. Hay conciertos durante todo el mes y muchos de ellos son totalmente gratis. Y no dejéis de bailar. ¡Qué placer! Nada de gimnasios. Salta, mueve las caderas, levanta los brazos, suda, canta y ríe hasta que se enciendan las luces de la sala. Te meterás en la cama con una sonrisa en la cara y dormirás como un bendito.

Dormir es sagrado
Dormir es sagrado

Un clásico más en las mejores guías de vida saludable y felicidad. No entraremos a valorar la cantidad necesaria de horas de sueño porque los estudios que se han hecho sobre el tema han llegado a conclusiones diferentes. Nos preocuparemos del kit para dormir del barcelonés que vive en el centro: para empezar, tapones de farmacia con recambios porque pasa lo mismo que con los calcetines, siempre se pierde uno. Para terminar, métodos disuasorios contra la violencia acústica de las calles. Pueden ser variados, desde megáfonos para llegar a un acuerdo desde el balcón, hasta globos de agua o incluso huevos, solo en casos extremos. Estamos totalmente en contra de la lejía.

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9. Mira en tu interior

¿Alguna vez habéis parado el ritmo vital y habéis dedicado unos minutos a escucharos, a tener conciencia del propio cuerpo y de la propia mente? Meditar no es solo para los hippies. Los estudios demuestran que después de diversas sesiones de meditación baja el nivel de estrés, aumenta la relajación y la creatividad. Y ya se sabe que cuanta menos ansiedad, más felicidad. No hace falta que paséis una temporada en un templo budista, el yoga puede ser una buena iniciación. Además de poneros en forma, aprenderéis a respirar y a dejar la mente en blanco. Lo podéis hacer en sitios especializados, pero también en parques, terrazas y en casa.

10. Llorar de risa

Reír es la expresión externa de la diversión y por extensión una manera de expresar felicidad que, a la vez, la genera. Hemos hablado de las endorfinas, el deporte y el sexo. Reír también las libera, y en los días más tristes de nuestra existencia siempre habrá un vídeo de Eugenio que nos hará reír como hienas a golpe de chiste estoico. En cuanto al directo, tenemos fenómenos de masas como Berto Romero o Toni Moog, pero también disponemos de una escena de stand up comedy muy potente.

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11. Cuerpos calientes

La cultura popular ya lo dice: darle una alegría al cuerpo. Tener una vida sexual saludable es fundamental para ser feliz, ya que se liberan endorfinas y serotonina, las hormonas de la felicidad. Pero también alivia el estrés, nos ayuda a dormir y, atentos, ¡disminuye el dolor de cabeza! ¡Si es que incluso se nos nota en la cara! La noche barcelonesa es propicia para conocer gente nueva, si buscáis aventuras físicas, o para tener la llama de la pareja siempre encendida.

12. Con la tribu

No nos hace falta ningún estudio para confirmar que pasar tiempo con amigos, familia y el resto de personas a las que queremos es la definición más acertada de lo que entendemos por felicidad. De hecho, ha sido lo que más hemos echado de menos en pandemia. Lo único que podemos añadir llegados a este punto es que hay que encontrar un lugar de reunión propicio y que por sitio de reunión y con tres letras pensamos en... bar. El ruido que hacen las jarras de cerveza al chocar y el jaleo de gritos y risas acaba de redondear la estampa. No todos los bares sirven. Tienen que parecerse como mínimo en un 70% a la Bodega d’en Rafel, templo de la bondad.

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13. Renovación constante

Una de las razones de nuestra frustración o tristeza es no tener con quien hacer o compartir las cosas, ya sea por una ruptura sentimental, por ser nuevo en la ciudad o porque tus amigos llevan un ritmo de vida diferente al tuyo. Conocer gente nueva es un revulsivo y Barcelona os pone al alcance muchas opciones, desde bares donde hacer intercambio de idiomas, hasta grupos de teatro, clases de baile...

14. Dejadla volar

Es una de las cualidades más maravillosas del ser humano y, a la fuerza, la capacidad de imaginar tiene que formar parte de esta lista. Una de las maneras más efectivas y gratificantes de alimentar la imaginación es a través del arte y la cultura, y por suerte, tenemos un montón de sitios cerca donde poder hacerlo, ya sea en forma de teatro, de galería o de papel. Por poner un ejemplo, no cambiamos nada por una sesión de buen cine, de aquellas que te hacen levitar, como las que a menudo tenemos el placer de vivir en la Filmoteca.

Hablamos con Sebastià Serrano

Sebastià Serrano (Pla d’Urgell, 1944) es lingüista y profesor de teoría de la comunicación, y ha publicado diversos libros sobre felicidad, la seducción y el amor. Intentamos averiguar con él las claves para ser más felices.

¿Podemos hablar del término felicidad o es mejor satisfacción personal?

Siempre ha existido la palabra felicidad, pero es polisémica. Puede ser satisfacción personal, bienestar emocional... pero siempre relacionado con un alto grado de positivismo que está ligado a pequeños detalles, como recibir palabras amables, buenos recuerdos, el contacto físico...

¿Hay un punto en el que todo el mundo coincide?

Sí, en el amor –en su sentido más amplio– y la amistad. Cuando estamos con buenos amigos se genera oxitocina y sube el indicador de positivismo. Un artículo de la Universidad de California dice que la mejor inversión es tener buenos amigos. Y también se ha demostrado que no hay diferencias, en materia de felicidad, entre los trabajadores con un sueldo más justo –siempre con unos mínimos– y los altos cargos de una empresa.

¿La felicidad se contagia?

Sí. Cuando tienes un mal día y te encuentras con gente amable que te hace sonreír, tu estado de ánimo cambia. Por eso recomiendo la relación intergeneracional. La gente que vive sola tiene pocos de estos estímulos. Es bueno que los nietos visiten a los abuelos; los hijos a los padres...

¿Hay diferencias entre hombres y mujeres?

Un poco. Las mujeres se preocupan más por encontrar esta felicidad, son más sensibles e inquietas.

¿Tenemos una predisposición genética a ser más o menos felices?

Hemos nacido para vivir muy satisfactoriamente. Las ondas de recompensa se han hecho muy fuertes en nuestra especie. La infelicidad se puede controlar y también se puede aprender a ser feliz con pequeñas cosas, como dar las gracias o pedir perdón. La gente que no lo hace tiene más tendencia a la depresión.

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