Es la segunda residencia de un buen porcentaje de sitgetanos de todas las edades, y lo ha sido también para las generaciones anteriores. En El Cable pasamos más horas que en casa y en parte es porque la comida que preparan es como la de casa. Podría escribir poemas enteros a sus croquetas de jamón, a la tortilla o a los calamares a la romana. Pero si hay un plato incomparable, son sus bravas.
No importa si solo visitáis Sitges durante el festival de cine o si vais cada fin de semana, siempre es un buen momento para descubrir sitios típicos de esta bonita villa costera. En este bonito pueblo a tan solo 30 minutos de Barcelona tenéis bares, rincones mágicos, la cerveza local, muchas más cosas por hacer y muchos más lugares que os harán volver.