1. Rutas naturales de belleza incomparable
El Garraf es un macizo montañoso compacto que esconde en su interior rutas para hacer a pie o en bicicleta para todos los perfiles -algunas muy fáciles, otras con subidas algo más exigentes-, y también diversidad natural en la flora y la fauna. Es una naturaleza que cae de golpe en el mar y que incluye pequeños valles donde encontramos pueblos de gran belleza. El Garraf, para entendernos, no es solo Sitges, sino que también es el tejido de caminos que conectan diferentes puntos de interés y que conforman una red de rutas naturales por amantes del senderismo. Imaginad que tenéis una mañana libre, o un fin de semana solo dedicado a la naturaleza: qué ruta haríais?
Hay varias rutas representativas, que podréis consultar en este enlace. Por ejemplo, hay una que es muy obvia pero necesaria, que es la que arranca en Sitges y culmina a la Ermita de la Trinitat, y que es bastante fácil porque permite una vuelta sin complicaciones y unos desniveles moderados. Aun así, es una ruta larga, de unos 15 kilómetros sumando todo el proceso, y requiere tener muy entrenado el hábito de andar. Otra ruta bonita es la que va de Vinyes a Sant Pere de Ribes, una caminata corta, de solo 5 kilómetros, pero exigente porque discurre por un camino estrecho que hace subida. Si os entusiasman las vistas y los parajes forestales, hay más opciones: la ruta de Canyelles, que os permitirá tener vistas panorámicas de la zona desde el Puig de l’Àguila, la de Cubelles que llega hasta la desembocadura del río Foix (ideal para ver pájaros y otra fauna autóctona) y la de Olivella, una ruta sin dificultad donde encontraremos monumentos como el castillo de esta localidad.