Tarde día 1: visita a la ‘vila closa’
La ‘vila closa’ (villa cerrada) es el antiguo núcleo medieval amurallado. Sin embargo, la mayor parte de las casas que se pueden contemplar fueron levantadas durante el transcurso del siglo XVIII. En 1998 la Generalitat de Catalunya declaró bien cultural de interés nacional este conjunto histórico-artístico.
La plaza del Pozo es uno de los espacios emblemáticos de la villa cerrada. Presidida por el edificio porticado del Ayuntamiento, de comienzos del siglo XIX, está rodeada por varios casales señoriales que conforman un ámbito urbano armónico y equilibrado. En el extremo opuesto, está el monumento a los ‘castellers’, esculpido por el artista local Martín Royo. El conjunto formado por el castillo, la iglesia de San Martín y la rectoría ennoblece una de las plazas de mejor acústica de nuestros pueblos, escenario de tantas manifestaciones musicales y poéticas que se celebran puntualmente las noches de verano, como el Festival de Voces y el Ciclo de Conciertos.
Las eras, las palizas y las barracas de piedra seca son construcciones destinadas a la explotación agropecuaria. Muchas de estas construcciones pertenecen al patrimonio de una cultura agraria, hoy desaparecida. En la actualidad, la mayoría se han convertido en equipamientos municipales, como la Muestra de Altafulla, que engloba la historia y la vida rural del municipio, o el pajar de la Era del Señor, o se utilizan como locales y sedes para las entidades culturales, sociales y deportivas de la ciudad.