El CosmoCaixa se tiene que visitar con calma y con ojos de niño porque hay muchísimas cosas para ver y tocar. Los niños corren, saltan de un experimento a otro mientras los adultos hacen verdaderos esfuerzos por recordar las clases de matemáticas, física y historia del colegio. Os aseguramos que siempre que vayáis encontraréis cosas nuevas. Para ayudaros a descubrir el museo de la ciencia y para que os entren ganas de repetir, nos hemos paseado por su instalaciones y esto es lo que hemos visto.
Su nombre es Acariquara y es un árbol amazónico. Nos lo encontramos cuando entramos en CosmoCaixa y bajar por la rampa que lo rodea es un juego para niños y adultos. Fijaos en sus impresionantes raíces y en su gran tronco de formas sinuosas. ¿A qué os recuerda?
Reproduce la fauna y la flora del Amazonas y se distinguen numerosas categorías de peces, tortugas, aves, reptiles... ¡También llueve! Entrad sin miedo y jugad a ser un intrépido explorador.
Aunque tiene un nombre medio de broma, piracurú, este animal de apariencia prehistórica genera miedo y fascinación a partes iguales. Es un enorme pez de dos metros que nada por el Bosque Inundado imponente, como sabiendo que es el más grande de todo el recinto.
Aunque es una actividad dirigida al público escolar, nos han dejado entrar en el Creactivity para poner a prueba nuestras habilidades y para crear cosas con las manos sin ningún tipo de orden o instrucción. Libertad total para hacer que un objeto vuele, para hacer un corto con Stop Motion o para trabajar con electricidad.
Incertidumbre, inercia, leyes de Newton, termodinámica... Os encontraréis con estos conceptos por todas partes, y experimentos con elementos cotidianos, como este con pelotas, os los harán más comprensibles.
Subiendo las escaleras encontraréis el muro geológico, que muestra la historia geológica del planeta en todas sus variantes. Una de ellas es esta simulación de volcán, gracias a la cual entenderéis mejor cómo es su formación. Este corte del CosmoCaixa pertenece al Croscat, un volcán apagado que entró en erupción por última vez hace unos 10.000 años.
Un grupito de pingüinos acompaña la base antártica española original de los años 80 que se exhibe en el CosmoCaixa. Inspira ver cómo trabajaban el grupo de científicos. Y si todavía queréis saber más, sentaos a ver el documental que completa el espacio. Esta pareja de pingüinos os guardan un sitio.
En la parte dedicada a la materia viva hay un montón de peceras que os llaman como sirenas. Reconocemos caballitos de mar, reptiles, anémonas ¡y también hemos encontrado a Nemo y a Dory!
¿Qué planeta es el más cercano al sol? ¿Y el más lejano? ¿La luna genera luz? Estas y muchas preguntas más encuentran respuesta dentro de este pequeño planetario donde también hemos metido la nariz y de donde no queríamos salir.
Limpiamos las gafas que nos tapan media cara, nos las ponemos, buscamos la posición más cómoda en la silla y miramos hacia arriba, donde aparece un universo desconocido y mágico. Si vais al CosmoCaixa, ¡no dejéis de visitar el planetario!
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