Chefs, bailarines, músicos, actores... ¡conoce a los creadores más innovadores de la ciudad!
Descubre a los creadores
Gastronomía
Sepúlveda, 151.
93 503 19 30.
Creu dels Molers, 4
93 164 80 41
Pablo hace una cocina de producto sencilla y sin parafernalia, que renuncia a las combinaciones rocambolescas de ingredientes y apuesta por la precisión y la intuición a la hora de crear platos como la pluma de cerdo ibérico con teriyaki y puré de boniato.
Amadeu Torner, 41 (L’Hospitalet de Llobregat)
93 337 22 77
La historia de Raquel Blasco y Marc Santamaría, dos barceloneses de 29 años, pareja, refleja bien ese concepto de self made people que tanto fascina a algunos. Ni son pijos ni vienen de familias del mundo de la restauración, se conocieron estudiando cocina, se fueron a vivir a Londres y recibieron el encargo de irse a vivir a Hangzhou (China) para abrir un restaurante español. Y lo hicieron con tanto éxito que acabaron abriendo dos, el segundo en Shangai. Tras la experiencia, abrir un restaurante en Barcelona fue coser y cantar. Sabían que querían una cocina con una vertiente asiática, pero una vez recolocados en la realidad catalana, vieron que "lo que salía era cocina de producto de España, uno de los mejores del mundo, pero con técnicas y sabores asiáticos". Si os enamoráis de algún plato, estáis condenados a sufrir: desaparecerá pronto de una carta que cambia constantemente.
França Xica, 20
93 600 58 58
Danza
¡Danzad, danzad malditos!
Pere Faura
Faura presenta un ejercicio de autocrítica humorística sobre el mundo de la danza y sus referentes. Un espectáculo que quiere ser una deconstrucción de cuatro solos emblemáticos impreso en un único cuerpo que interpreta parte de la memoria colectiva de la danza: La muerte del cisne de Maia Plissétskaia; Singing in the rain, el solo de Gene Kelly; You should be dancing, de Saturday night fever, bailado por John Travolta, y Fase de Anne Teresa De Keersmaeker y Michele Anne de Mey, de la compañía Rosas. El montaje, además, lejos de los "cisnes clásicos" (blancos o negros) se completa con audios extraídos de vídeos del YouTube en que bailarines amateurs hablan de su manera de vivir y entender la danza. Farsa y verdad. Tendremos que bailar para ver si seguimos “staying alive".
Sin baile no hay paraíso. CaixaForum. 20 de julio.
Vero Cendoya
La Partida. Mercat de les Flors. 21 y 22 de julio.
Mal Pelo
Actualmente, la gente de Mal Pelo está girando su emotivo Siete Lunas, un encuentro sui generis en clave flamenca entre El Niño de Elche y María Muñoz, que se podrá ver en diversos festivales de verano en Francia y España.
loscorderos.sc
Música
Pequeñas discográficas: ¿héroes o locos?
La clave para los sellos: adaptarse
El paso de lo físico a lo digital para las discográficas es tan solo una evolución lógica en la que subsistir supone adaptarse y considerar lo digital como un complemento, no como un mal. El sello barcelonés BCore, con más de 25 años ofreciendo música independiente (y referencias como Joan Colomo, Alberto Montero o Futuro Terror), lo sabe. Aunque su responsable, Jordi Llansamà, confiesa utilizar también el formato digital, “para escuchar música desde el coche”. “Seguimos siendo editora y haciendo discos, solo que nuestras canciones están también en plataformas digitales y en todas las redes, pero lo hacemos como complemento a la venta tradicional”.
Algo diferente es el caso de Bankrobber, sello barcelonés formado por Marçal Lladó en diciembre de 2001 (Xarim Aresté, El Petit de Cal Eril, Mazoni): "Ya nacimos en plena era digital, de forma que nunca hubo grandes sobresaltos. Para nosotros la red es una vía de comunicación y tratamos de aprovecharla para que nuestra música viaje lo más lejos posible”. Bankrobber forma parte de una nueva generación de la industria musical que opta a su vez por diversificar sus servicios, siendo a la vez “sello, management y editorial”. Una alternativa que les mantiene bien vivos.
Publicar discos, ¿una necesidad?
Para Tori Sparks sí, pues se trata de "una reacción ante la idea de que todo tenga que ser barato o gratuito en lo digital. Es necesario editar discos y hacerlo en vinilo, tocarlos, apreciarlos… aunque tal vez menos copias”. Sin embargo, más allá del packaging, para Lladó lo que importa es el contenido: “vale la pena seguir publicando vinilos, cassettes, CD, Mp3 y lo que sea. Lo importante es que la música esté bien, el resto es packaging”.
Editar en físico tiene también su acepción romántica, pues como dice Josep Xortó (músico autoproducido con los míticos Critters) “es una satisfacción personal. Un sueño, una aventura”. Ramon Aragall (Els Amics de les Arts, Outer Space y, en solitario, con un disco editado por Discmedi) cree que aunque el protagonismo de las redes sociales es fulminante, la apuesta por estar en una discográfica sigue siendo útil: "las redes se han apoderado de todo. Quizás sigue teniendo un punto de prestigio estar dentro de un sello, y quizás algunos son tan exclusivos que ayudan a identificar el estilo de sus bandas. Pero Spotify y Youtube lo han cambiado todo y nunca volverá a ser lo mismo”.
Discográficas como ‘selectors’
De ese prestigio nos habla precisamente Llansamà: “muchas veces lo que ofrece una discográfica es que tiene una estructura, un circuito y un nombre, de manera que es más fácil para un grupo que fiche darse a conocer y que te conozcan en los sitios. También hace falta que el grupo sea bueno, claro. Pero la opción de la autoedición también es válida, hay grupos que ya lo han demostrado”, como es el caso de Adam Giles Levy, Ljubliana & The Seawolf, Elora, El Circo de las Mariposas o The Lucies, por poner sólo algunos ejemplos del panorama barcelonés.
Para Lledó, contamos también con una buena cantera local de sellos: “Desde el patriarca BCore, con 25 años a la espalda, hasta sellos do-it-yourself como El Mamut Traçut, Famèlic, Sones, El Genio Equivocado, Foehn, La Castanya, Boira Discos...”. Eso sí, según él en la escena local hay un problema de base que no se soluciona por más sellos o plataformas digitales que surjan: “que no hay nuevas salas de conciertos: había cuatro o cinco hace años y ahora seguimos teniendo las mismas.”
¿Paraíso o apocalipsis?
¿Es esta dualidad físico/digital una amenaza incluso para nosotros mismos? ¿Nos podemos atragantar con tanta oferta y ser incapaces de digerirla? Nos quedamos con la conclusión de Josep Xortó: "En la era digital cualquiera puede hacer su propia selección, sea buena o mala. Es como la televisión en los años 90: todos nos comíamos lo mismo porque no había otra cosa... Pues ahora puedes elegir menú, pero hay que hacerlo con cuidado para que no te acabe sentando mal.”. O dejar que otros lo elijan por ti, claro. Y para eso siempre nos quedarán las discográficas.
Teatro
Lo suyo es puro teatro
Insectotròpics: Cómprame, si puedes
'Cómprame', su último espectáculo, una reflexión sobre el consumo y la investigación de la felicidad a través de aquello material, inauguró FiraTàrrega 2015, una de las ferias de las artes de calle con más proyección europea. El espectáculo, con toques “raveros” y con ganas de sacudir conciencias y caderas cuenta con colaboraciones como la del músico Tullis Rennie y el dúo Za! y la dirección de actores y puesta en escena de David Climent de loscorderos.sc. El próximo bolo será en Tallin, esperamos que pronto los “compren” en casa.
El próximo 2 de julio los podréis ver en el Fade Fest, el Festival de Arte Digital y Electrónica de Cellera de Ter, en una jam session de música, pintura y vídeo en directo.
Agnès Mateus, dándonos duro
Agnès Mateus, perfomer y artista multidisciplinar, que ha trabajado con el Colectivo General Eléctrica, Roger Bernat, Rodrigo García y Juan Navarro, volvió a presentar su espectáculo 'Hostiando a Meste' año a Sala Hiroshima y en el Ateneu Popular de Nou Barris. El montaje, la gran revelación del Antic Teatre en el Grec 2014, es un "cabaret con sierra eléctrica", donde la perfomer y periodista traslada su activismo al escenario para vencer la anestesia de la sociedad ante las injusticias y eliminar el ensimismamiento del público con creaciones políticas y reivindicativas. Si hay que despertarse a base de hostias... qué así sea.
A la espera de una nueva entrega como directora, la podremos ver en su papel de actriz el en Teatre Poliorama, del 5 al 7 de julio, en la impactante 'Hazte banquero', un montaje de la activista Simona Levi.
Pol López, astronautas, Shakespeare y perros polacos
Lástima que Julio Manrique lo llamara a para ser el mensajero de 'American Buffalo'. De Mamet a Shakespeare, López interpreta personajes atormentados y solitarios, que hacen de la búsqueda de la verdad el puntal de su existencia. Quizás, como desea Christopher, un día Pol se haga astronauta y se rodee de estrellas, mientras tanto lo podemos ver en el Lliure resolviendo un crimen con la humildad de quien hace el trabajo bien hecho, por el placer de hacerlo.
'El curiós incident del gos a mitjanit'. Teatre Poliorama. Del 27 de octubre al 20 de noviembre de 2016.
Jose Novoa, todo por el dinero
A Novoa no se le escapa nada. Y es que no todo es por el dinero.
El arte vive en BCN
Barcelona, capital del artisteo internacional
Philip Stanton (EE.UU.)
Yamandú Canosa (Uruguay)
Wilfredo Prieto (Cuba)
Hannah Collins (Inglaterra)
Un trabajo tan interesante como los que ha ido haciendo antes y después, desde el seguimiento de la ruta de los productos que se cocinaban en elBulli desde sus lugares de origen hasta Cala Montjoi, y que ha dejado para la posteridad imágenes de comercios singulares de Barcelona en la serie 'Shopping'.
Rasmus Nilausen (Dinamarca)
Miguel Aguirre (Perú)
Moda
Mapa del archipiélago de la moda en Barcelona
Fotografía
Utopia Photo Market, algo se está cociendo (al fin) en la fotografía barcelonesa
Se hacen y comparten más fotografías que nunca. En cada bolsillo hay una cámara, Instagram ha revelado miles de potenciales fotógrafos y los autorretratos rebautizados como 'selfies' amenazan con ser una de esas modas que duran más de lo esperado. Hay fotografía por todas partes, pero para la mayoría de autores la fotografía es menos rentable que nunca.
De ahí que cualquier iniciativa que sirva no sólo para hablar de fotografía o sacarla a la calle, sino también para crear un pequeño mercado alrededor de ella y poner en contacto a creadores con compradores, sea más necesaria que nunca. Precisamente con esa intención nació Utopia Photo Market, que fin de semana del 10 al 12 de junio celebró en Barcelona su primera edición.
Cerca de 70 fotógrafos de todos los estilos y especialidades se dieron cita durante tres días en un encuentro que nace con la sana intención de llegar al público general. Y es que, como explica Amanda Vich, directora de contenidos de este mercado fotográfico, Barcelona cuenta con muchas galerías y diferentes festivales fotográficos, pero ninguno con la misma orientación y esa especie de transversalidad temática y de público que propone Utopia Photo Market.
La venta de copias fotográficas siempre ha sido una asignatura pendientes del país, excepto para una corta lista de autores ya consolidados, galeristas y coleccionistas más cercanos al mundo del arte y que ocasionalmente se acercan también a la fotografía. “Muchas veces a la gente no se le ocurre que en lugar de una de esas láminas o cuadros que tiene todo el mundo también puede colgar en la pared una foto”, apunta Marc Rosés para resumir esta situación.
Es uno de los fotógrafos que han expuesto en Utopia Photo Market, y que se muestra moderadamente satisfecho con las ventas durante el encuentro. Hay copias para todos los gustos, tamaños de pared y bolsillo, desde pequeñas postales que rondan los 10 euros hasta fotografías que alcanzan los 15.000 euros. Que los propios autores estén vendiendo y explicando su obra es -según explica Vich- uno de los mejores argumentos de este tipo de encuentros y lo que explica la excelente acogida de público que ha tenido.
Y es que más allá de las ventas directas que se hayan generado, mostrar su trabajo de una forma tan directa y junto a autores ya consagrados no es siempre algo fácil para quienes pelean por hacerse un hueco en este mercado. Según explican los organizadores, se empezó a trabajar con una selección de 250 nombres, de los que menos de una tercera parte han tenido finalmente espacio para estar presentes en esta primera edición de Utopia. ¿El criterio? La calidad e interés de la obra, independientemente de argumentos económicos, aseguran.
Tal vez por eso, y frente a la imagen habitual de muchas galerías, aquí la fotografía en su vertiente más artística y conceptual representa sólo una pequeña parte de la obra expuesta. Trabajos documentales y de fotoperiodismo (Samuel Aranda, Fernando Moleres, Guillem Valle, el colectivo Calle 35…) tienen una presencia notable y firman algunas de las copias que más interés han despertado entre los visitantes.
Junto a ellos, otros nombres consagrados que no necesitan presentación (Manolo Laguillo, Jordi Guillumet, Berta Vicente, Manel Esclusa…), fotografía de viajes en versión nipona con Tina Bagué y Toru Morimoto -propietarios también del restaurante japonés Akashi Gallery, en Barcelona, donde conjugan sus dos pasiones- y proyectos más nuevos o experimentales como el sorprendente 'Ornitografies' de Xavi Bou: el vuelo de los pájaros convertido en lienzos fotográficos con una técnica que él mismo ha desarrollado y que -según cuenta- por ahora nadie ha copiado.
La productora Utopia126 está detrás de este proyecto para el que ha cedido su espectacular espacio en el barrio de Poblenou. Una idea que, según ellos mismos explican, está más cerca del mecenazgo que de cualquier idea de negocio, porque de lo que se trata es de apoyar al sector de la fotografía.
Temas variados y un público también más heterogéneo de lo habitual, que se acerca atraído no sólo por el interés fotográfico o la mera curiosidad, sino también por las actividades paralelas organizadas durante estos días. Talleres, charlas, proyección de documentales, el restaurante Flash Flash -muy adecuado- con algo de 'street food', e incluso varios espacios para volverse a casa con una instantánea o retratados por fotógrafos de la talla de Toni Amengual o Bèla Adler a un módico precio. Javier Mariscal, con un espacio propio en el que hace dibujos a partir de una fotografía, ha sido otro de los reclamos más mediáticos de una cita que ya está pensando en su próxima edición.
Hablar y reflexionar sobre lo divino y lo humano de la fotografía y la imagen no sólo es interesante, sino también un ejercicio muy sano. Pero insuficiente si lo que se pretende es que los autores puedan ganarse la vida apretando el obturador. Por eso Barcelona necesitaba algo como Utopia Photo Market. ¿Mercadillo fotográfico? ¿Feria efímera de fotografía al estilo de otras citas gastronómicas o artísticas que ya se han hecho un hueco en la agenda de la ciudad? El nombre es lo de menos porque aquí, como suele decirse, una foto vale más que mil palabras.
Arte
¿Quién es Andrea Fraser?
Esta línea motriz queda en evidencia en la primera exposición individual dedicada a la obra de Fraser en España, 'L’1%, c’est moi'. Está pasando en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) y reúne hasta el próximo mes de septiembre una selección de más de treinta piezas clave clasificadas por ámbitos temáticos realizadas a lo largo de tres décadas. Hay instalaciones, memorias, vídeos (como el polémico 'Untitled', 2013, en el que mantiene relaciones con un coleccionista para denunciar la explotación en el mundo del arte), trabajos textuales y mucha documentación. También se proyectan tres performances de 'May I help you?' (una serie iniciada en 1991) en la que se ve a Fraser visitando una muestra del museo Guggenheim de Bilbao con una audio-guía y comentándola, asumiendo seis personajes diferentes, representativos de otras tantas condiciones sociales.
Los métodos de esta artista se basan en procesos de investigación vinculados a lugares concretos y parten de la premisa psicoanalítica que sólo se pueden asimilar estructuras y relaciones de manera inmediata cuando se ponen en acción. El cuerpo como vehículo de creación artística es la apuesta de Fraser, cuya capacidad de representar posiciones sociales y personalidades diferentes involucra los públicos de una manera activa, a la vez que pone de manifiesto la diversidad de relaciones y de intereses que coexisten dentro de la compleja estructura del arte.
Un ejercicio de reflexión que explora los roles de algunos de sus implicados como artistas, coleccionistas, galeristas, mecenas y públicos. Sus discursos son guiones cerrados, construidos a partir de extractos de textos oficiales de responsables de grandes museos, escritos teóricos o declaraciones de artistas (están recopilados en una obra titulada 'Museum Highlights').
Unas performances críticas, pues, de interpretación magistral, impregnadas de inteligencia y humor, que cuestionan las normas asumidas y ponen de manifiesto la evolución en este sector y sus nuevos panoramas. Siempre destaca este análisis intenso y tremendo, una especie de compromiso social, ético y político. Eso sí, “no entiendo la crítica como un ataque, sino como una defensa. Y ejerciendo esta crítica, estoy defendiendo estos espacios”, puntualiza Fraser.
¿Cómo procede? Deconstruye los procesos y las instituciones. Y lo hace siempre con una sutileza que invita al espectador a una profunda reflexión sobre sus valores desde una perspectiva económica, social y política.
Si bien el grueso de la obra de Fraser se centra en las condiciones sociales y económicas del mundo del arte, sus últimas producciones exploran nuevos campos, como las estructuras psicológicas subyacentes del individuo en relación con el público, en trabajos de una fuerte carga emocional como 'Projection' (2008) y 'Men on the Line: Men Committed to Feminsim KPFK' (1972, 2012/2014). Nuevos horizontes para una artista cuyo trabajo ha sido presentado en los principales museos del mundo.
Rizando el rizo, para desarrollar sus teorías sumamente provocativas se nutre del pensamiento del sociólogo francés Pierre Bourdieu, un maestro en la teoría de los campos sociales. La obra de Fraser, ¿arte o sociología? Un poco de ambos, seguramente.
L’1%, c’est moi. Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA). Hasta septiembre de 2016.
Arquitectura
Leo Villoro: "No soy 'lighter'. Soy neonero"
Exactamente, ¿a qué te dedicas?
Soy neonero en Luminosos Villoro, un taller familiar que mi padre abrió en 1970, dedicándose a hacer neón para la rotulación de locales comerciales. Entonces, no tenía la dimensión artística que tiene hoy. Pero en los últimos años, con el ‘boom’ del neón en el arte, la arquitectura y el interiorismo están apareciendo nomenclaturas más cool. El otro día, por ejemplo, me dijeron: "eres lighter". Me sorprendió tanto que no lo pillé a la primera.
¿Sois muchos en saber trabajar el neón?
En España, muy pocos, una decena quizá. No es algo que se pueda fabricar de forma industrial. Es un oficio artesanal y cada pieza es única. Hay que soplar el vidrio para darle forma con las manos. Es bastante difícil y meticuloso, y aparte de algunos países donde es una asignatura de Bellas Artes, no se enseña en ninguna escuela.
¿Cómo aprendiste?
Crecí en el taller de mi padre y con 18 años me puse a su lado y observaba sus gestos. Un día me dejó intentarlo, y así fue la cosa. Como todos los trabajos manuales, hay que dedicarle tiempo, paciencia y, en el caso del neón, muchos cristales rotos. Hasta que de repente te sale bien la primera curva…
En dos décadas que llevas trabajando, ¿en qué ha cambiado el oficio?
Ha ganado en reconocimiento y ha subido a la categoría de arte. Antes era un currante más, con un trabajo poco habitual. Tenía entre mis clientes tiendas, restaurantes y puticlubs que pedían las típicas letras de color rosa. Hoy me dicen que soy un artista, y me hacen encargos museos, arquitectos e interioristas, diseñadores... El neón es una pieza artística, pero también sigue siendo un elemento funcional, eso no se pierde. Una cosa no tiene porque estar reñida con la otra. De hecho, me gusta pensar que la ciudad es un museo al aire libre lleno de creaciones lumínicas que hacen el entorno más bonito, colorido y divertido.
Habrás dado forma a muchos kilómetros de neón.
Cuando ando por la calle, veo continuamente piezas que hemos hecho en nuestro taller: letras, formas abstractas, 3D, dibujos… Y como el neón es muy longevo (si se trata con cuidado), incluso reconozco creaciones que mi padre fabricó cuando era más joven. Es halagador pensar que hay neones nuestros en todo el mundo, sea en locales comerciales, galerías de arte, exposiciones o casas particulares…
Y en lugares muy emblemáticos de Barcelona…Hemos colgado piezas en el Teatre Lliure, el Arts Santa Mònica, el hotel Casa Bonay, tiendas históricas como fue Vinçon, edificios emblemáticos puestos en valor mediante la instalación de un sistema de cátodo frío (una técnica que permite destacar los rasgos arquitectónicos de construcciones)… De alguna forma, hemos participado en la arquitectura lumínica de la ciudad.
Tu casa debe estar llena de neones.
“En casa del herrero, cuchara de palo”. Solo tengo un neón mío en casa, y desde hace relativamente poco. Aunque si por mi fuera, la tendría llena. Es un trabajo manual que me parece fascinante y valoro la complejidad que representa su fabricación.
¿Es profesión o vocación?
Ambas cosas. Me gano la vida con lo que me gusta hacer. Cuando viajo, me emocionan mucho más los sitios donde las calles están llenas de rótulos de neón y, si puedo, voy a hablar con profesionales locales, porque cada uno tiene su estilo, te puedes inspirar con lo que se hace fuera. Uno de los objetos de más valor sentimental que tengo es un neón donde pone “No Vacancy” que un neonero me regaló durante un viaje por la Ruta 66 de Estados Unidos. En mi ciudad, Barcelona, me conozco casi todos los neones. De hecho, no quedo con la gente en el cruce o número de una calle, sino debajo o cerca de tal o tal rótulo.