Olga Balibrea, la foto como joya
"Un día encontré una foto de mi padre que me emocionó mucho. Aparecía muy joven con una cámara en la mano. Busqué qué material podía usar para protegerla y así empecé a trabajar con la resina". Fotógrafa entonces por afición, Olga era directora de producto en una multinacional holandesa. Hasta que la abandonó para levantar su proyecto. Dos meses después se quedó embarazada y decidió seguir adelante como madre soltera. Con un hijo y un proyecto que no funcionaba debido a la crisis, entró a trabajar en una productora televisiva. A pesar de las buenas condiciones, vuelve a dejarla porque no le llena creativamente. Se quiere dedicar a los obalis, así ha bautizado las joyas que ha comenzado a crear con fotografías y resina. "Todo el mundo se fijaba en el anillo con la foto de mi padre y me hacían encargos con sus propias fotos".
Y así van surgiendo obalis con fotos personales convertidas en colgantes, o anillos con la imagen de un suelo hidráulico o con un fondo marítimo. Con este nuevo reto profesional se va a vivir a un pueblo cerca del mar con el niño. "Bajo a Barcelona para distribuir los obalis. También los vendo a través de mi web y de plataformas como Etsy", explica Olga. El reto final es encontrar suficientes clientes para que el negocio se aguante, "porque con la crisis mucha gente dejó de comprar este tipo de productos". Mientras tanto, Olga ha aprendido a trabajar "con interferencias", arañando cualquier momento libre de cuando no está haciendo de madre.