Comer y beber (con un paladar nuevo)
Lo primero que me he preguntado es un imposible: ¿puede, un barcelonés, hartarse de sangría sin sentirse como un hooligan del Liverpool en Platja d’Aro? Barcelona es la ciudad de la sangría premium, y hay locales que hacen auténticos milagros con esta receta tan menospreciada por la fauna local. En el restaurante Cachitos (Rbla. de Catalunya, 33) tienen variedades para todos los gustos, en la coctelería Old Fashioned (Santa Teresa, 1) hacen la mejor sangría de Gràcia y la del Bar Mut (Pau Claris, 192) parece preparada en una dimensión paralela donde la plaga turista solo bebe ambrosía.
También podréis hacer el guiri con estilo si apostáis por el brunch del restaurante Milk (Gignàs, 21): la colonia americana de Barcelona va en masa, solo habla catalán la máquina de tabaco, pero son los pioneros y los mejores en esto de los huevos Benedict y los pancakes. Los restaurantes Sensi Bistro Tapas (Regomir, 24) que están en el Gòtic –hace poco han abierto el tercero– se han convertidos también en una rara avis: el 99% de la clientela es foránea, pero sus tapas están hechas para paladares entrenados. Tan bueno como el Gallito (Mare Nostrum, 19-21), el chiringuito cool que hay en el hotel W, a pie de playa. Cócteles cojonudos y cocina fresca de calidad. Más o menos la misma fórmula que uno de mis locales guiris favoritos de la costa: The Coconut Club (Marina, 19-21). Al principio parece un tugurio, pero la cocina es deliciosa, los cócteles de nivel top y el rebaño masculino y femenino está siempre a punto de caramelo.
¿Tenéis un corazón por ahí dentro? ¿Sois unos clásicos? Pues también podéis tener una cita romántica con un final feliz garantizado en medio de la jungla guiri. A pesar de sufrir los latigazos más bestias de la costra turística, la plaza de Sant Felip Neri sigue teniendo magia, sigue forjando más parejas que las canciones de Pablo Alborán. Es un rincón infalible para ablandar a vuestro objetivo. Si os sobra la pasta, una cena en el restaurante del Hotel Neri, con vista a la plaza, sería lo más cercano a la perfección. Ideal para regalar anillos de compromiso.